Habían pasado tres días desde la vuelta de nuestras vacaciones conjuntas. Cargamos el coche animadamente y le dijimos adiós a los paisajes nevados. Esperaba no tener que volver nunca a ese sitio, no quería correr el riesgo de volver a encontrarme con esos dos policías, pero sobre todo, no quería corromper la imagen que tenía del Monte Cloudmont con recuerdos nuevos, quería albergar esas vacaciones para siempre en mi memoria, sin tener que compartir el escenario con cualquier otro recuerdo.
Nada más volver, Lauren y su familia se fueron a visitar a sus tíos y primos, iban a pasar los días navideños en compañía de los suyos en casa de su tía, que estaba en la otra punta de la ciudad. Nosotros nos íbamos a quedar aquí en casa, muertos del asco. La tarde del 24, antes de la cena de Navidad, quedé con Marielle para contarle mis nuevos avances con Lauren.
-¡No te creo! –Dijo mi amiga entusiasmada. -¿En serio?
-Sí, sí. –Afirmé orgullosa. -Ya te digo que incluso pasamos una tarde besándonos. Y controlaba yo la situación.
-No creo que si llegas a algo más con ella vayas a controlar tú mucho...-Se burló mi amiga.
-No tiene pinta, pero lo voy a intentar. No sabes la de cosas que me gustaría hacerle.
-Estás salida, Camila Cabello.
-Llevo media vida enamorada de la misma persona y no he hecho nada nunca con nadie, entiende que haya tenido tiempo para pensar qué le quiero hacer. – respondí dándole un sorbo a mi café calentito, nos habíamos reunido en nuestra cafetería de siempre.
-Bueno, sí. Vamos a aparcar esto, ambas estamos a dos velas. –Dijo mi amiga suspirando. –Lo que está claro es que Lauren sí tiene un oscuro secreto.
-Sí, me pregunto qué puede ser exactamente.
-Pues que está en una organización secreta que se dedica a atracar tiendas. Está claro. No es algo que le quisiese decir a alguien que me gusta. Yo si fuera ella también me pensaría si decírtelo o no, conociendo tu absurdo sentido cívico y moral, seguro que piensa que vas a salir corriendo o que le vas a dar la espalda. O peor aun, que vas a hacer que lo deje.
-¡Claro que voy a hacer que lo deje! No sabe en qué líos puede meterse.
-Ha estado teniendo mucha suerte: Roba una tienda y no la pillan, agrede a un policía y no la pillan, allana una casa y no la pillan...
-Por lo único que podría haberse metido en un lío es por destrozarle el coche al estúpido de su ex. Pero ni siquiera presentaron cargos, solo tiene que pagarlo y ya está.
-Hasta que pase algo...
-No puedo permitir que pase algo. Imagínate que la encierran en la cárcel ahora que estoy a punto de conseguir que estemos juntas. Me moriría. –Dije un tanto alterada.
-No te preocupes, Camila. Parece que Lauren no es tan tonta como para meterse en un lío lo suficientemente gordo como para que la metan en prisión. Bueno, quizá sí que sea lo suficientemente tonta como para meterse en un gran lío, pero no para que la pillen. Puedes estar tranquila.
-Quizá nos estamos precipitando y lo que oculta es una enfermedad de transmisión sexual. Seguro que es eso y tiene miedo de pegármela. –Dije limpiándome con la servilleta los labios.
-Seguro, seguro que es eso. Fijo. Sísí. –Me vaciló mi amiga. –La loca vida de Lauren Jauregui le ha llevado a contraer la sífilis.
-Caso resuelto. –Dije dando un golpe con el puño sobre la mesa, como si fuera un mazo de un juez. –Bueno...¿y tú qué tal con Ronnie? –Pregunté levantando provocativamente las cejas.
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Deseo sexual en abundancia [Camren]
SonstigesCamila Cabello tiene las hormonas revolucionadas por culpa de la buenorra de su vecina, Lauren Jauregui. Las dos chicas comienzan a ser cada vez más cercanas y Lauren va introduciendo a Camila poco a poco en su turbulento mundo. Camila se dejará lle...