Capítulo 21: Seamos felices mientras podamos

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Me encantaría decir que tras presenciar el beso entre Brad y Lauren fui detrás de ella y le crucé la cara de un guantazo. También hubiese estado bien si después del beso entre Brad y Lauren hubiese ido detrás de ella y le hubiese montado una escena con gritos e insultos. Hubiese estado también bien haber cogido a la primera persona que pasase por el pasillo y haberla besado como si no hubiese un mañana, pero lo único que hice fue quedarme quieta durante un minuto para después salir corriendo a toda velocidad. Nunca había sido impulsiva y ser valiente no era lo mío, así que opté por huir como una cobarde.

Corrí a gran velocidad, Marielle intentó ir tras de mí, pero era como si llevase puestas las sandalias aladas de Hermes, corría como el viento, casi iba volando, jamás había corrido tanto y tan velozmente en mi vida. Llegué a mi casa, donde no había nadie y caí rendida en mi cama. Fue ahí cuando empezó toda mi miseria, un llanto descontrolado me nublaba la visión y me oprimía el corazón. ¿Cómo podía haber sido tan idiota de pensar que Lauren era mía? Supongo que en parte no le dije nada porque no quería que me respondiese algo como "Lo siento, Camila, pero me he dado cuenta de que nunca me has gustado, así que ni siquiera estoy pasando página, porque no había ni libro, has sido un triste pósit en mi vida y ahora que el pegamento no sirve ya no me vales para nada"

¿Qué hace uno para estar bien cuando le rompen el corazón?

Al día siguiente no fui a clase, ni tampoco al siguiente. Marielle vino a verme y lo único que hice fue llorar en su regazo mientras ella me acariciaba la espalda. Llevaba sin hablar con Lauren desde aquel mensaje en Año Nuevo y la primera vez que la vi en este año se estaba besando con otra persona que no era yo.

Iba por el tercer día sin ir a clase, a mis padres les había dicho que simplemente no me sentía bien. Llevaban a Sofi al cole y se iban a trabajar, dejándome en casa con muchos pañuelos y el teléfono al lado por si necesitaba algo de ellos.

Al cuarto día Marielle me pidió por favor que me duchase, que aunque no éramos muy de eso, esta noche iríamos a una fiesta que organizaba Elliot Rice, un chico con el que ninguna de las dos habíamos hablado nunca pero que iba a nuestra clase desde tiempos inmemoriales. Era amigo de Ronnie y él le había propuesto a Marielle ir. Al principio mi amiga había rechazado la oferta por no ser su ambiente, pero se lo había pensado mejor al venir a visitarme y verme sumida en la mierda.

Me obligó a levantarme y a meterme en la ducha, la verdad es que olía como un producto caducado desde hacía una semana. Cuando salí del baño mi amiga me había elegido la ropa: un vestido negro y unas botas altas. Me secó el pelo y me lo peinó para que me viera como alguien normal. Creo que nunca había hablado tan poco en mi vida. Le estaba muy agradecida a Marielle por comprenderlo, no tenía ningunas ganas de abrir mi boca.

A las ocho y media Marielle y yo cogimos el autobús que dejaba cerca de la casa de Elliot y acordamos con su padre que vendría a buscarnos a la una de la madrugada y dormiríamos juntas en su casa.

Cuando llegamos la fiesta acababa de empezar, todavía no había mucha gente, pero la música estaba muy alta y las bebidas ya corrían de un lado para otro. Marielle y yo conseguimos unos refrescos y yo intenté con todas mis fuerzas poner buena cara y centrarme en la conversación que estábamos teniendo con Ronnie y Elliot, quería estar bien por mi amiga, que estaba haciendo un gran esfuerzo y aún encima tenía al chico que le gustaba delante de ella, no le iba a hacer las cosas más complicadas.

-¿Y dónde están tus padres? -Le pregunté a Elliot.

-Han ido este fin de semana a ayudar a mis tíos con su mudanza. Así que tengo dos estupendos días para disfrutar de mi casa. - El chico de pelo negro sonrió.

Deseo sexual en abundancia [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora