-¡Camila, Camila, el Señor Pedorretas ha vuelto a casa! –Exclamó Sofi a primera hora de la mañana del viernes. Esa misma noche le había dejado al oso junto a ella en la cama.
-¿En serio? ¡Sabía que volvería! –Dije cogiendo a mi hermana y haciéndole cosquillas en la barriga. –Seguro que el Señor P. te echaba de menos, enana.
-Pensaba que Toy Story era mentira, pero creo que me equivocaba. –Mi hermana se bajó de la cama y se fue gritando como una loca que los juguetes estaban vivos y que ella nunca abandonaría al Señor Pedorretas.
Creo que tras ver a Sofi tan feliz, mereció la pena correr el riesgo de ayer. La verdad es que esperaba que al levantarme un horroroso remordimiento azotase mi cabeza, pero estaba bastante tranquila y me sentía en paz conmigo misma, anoche Lauren y yo hicimos justicia, vengamos el nombre de mi hermana y el mío propio de manera anónima.
Me levanté de la cama, me vestí y bajé a la cocina a compartir mi buen humor con mi familia.
-Buenos días, Camila –Saludó mi madre.
-Buenos días, mamá, ¿qué tal has dormido? –Respondí con una sonrisa resplandeciente.
-Vaya, alguien está de buen humor esta mañana. He dormido muy bien, gracias. Por lo que se ve tú también. –Contestó mi madre mientras se bebía su café. –Por cierto, este fin de semana tu padre y yo vamos a ir a West Palm Beach de viaje romántico. Y Sofi se va a quedar donde Hanna, así que te dejaré 20 dólares y pizzas en el congelador. Volveremos el domingo por la tarde.
-Vale, bien. Parece que todos tenéis planes menos yo. –Dije sin perder el buen humor, porque en realidad el sábado sí que tenía algo que hacer.
-Marielle y tú encontraréis algo que hacer. –Comentó mi madre.
-Seguro –Dije levantándome de la mesa para irme al instituto.
Las tres primeras horas de clase las sobrellevé bastante bien y después tuve una hora libre ya que mi profesora se había puesto mala por los fríos de invierno. Marielle y yo estábamos sentadas en los bancos de la cafetería charlando.
-En serio, Camila, me estoy empezando a preocupar, ¿por qué tu vida de repente está cobrando emoción y a mí lo más destacable que me pasa es cuando me salen dos pegatinas en una bolsa de pipas? –Exageró mi amiga.
-Tu vida sería más emocionante si le dijeses a Ronnie que te gusta. –Comenté mirando hacia las mesas de la derecha, donde estaba el chico en cuestión jugando a las cartas con los demás chicos de nuestra clase.
-Ssssh. –Dijo mi amiga mirando para todos los lados, con miedo de que alguien me hubiese oído. –¿Estás loca?, las paredes tienen orejas en este instituto.
-Marielle, para la única persona que es un secreto tu amor es para Ronnie, todos los demás lo sabemos. –Dije restándole importancia al tema.
-Ronnie es mi amigo y sabes que no puedo ser tan estúpida de perderlo. –Dijo mi amiga, cansada de que siempre tuviese que llegar a la misma conclusión. -¿Y tú qué? Te juro que yo pensaba que te ibas a rajar en el último momento e iba a tener que ir Lauren sola.
-Yo también pensaba que me iba a entrar el pánico e iba renunciar, pero como justo acabábamos de enterarnos de que había robado una tienda, estaba totalmente apática, no sentía nada con claridad y me dejé guiar. –Argumenté.
-¿Y vas a seguir participando en las actividades delictivas de Lauren? Lo digo por ir preparándome para ir a verte a la cárcel. –Dijo mi amiga en broma.
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Deseo sexual en abundancia [Camren]
RandomCamila Cabello tiene las hormonas revolucionadas por culpa de la buenorra de su vecina, Lauren Jauregui. Las dos chicas comienzan a ser cada vez más cercanas y Lauren va introduciendo a Camila poco a poco en su turbulento mundo. Camila se dejará lle...