Capítulo 30: Primera ronda, ejem-ejem.

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Las tetas de Lauren.

Las tetas de Lauren, solo podía pensar en las tetas de Lauren. En mi mente se repetía la escena una y otra vez: Lauren subiéndose el jersey y dejando libres sus pechos. Creo que nunca me había tocado tantas veces seguidas, es como cuando descubres un nuevo fanfic y te lo lees del tirón porque no puedes parar, pues eso me pasaba a mí, que no podía parar de meter mi mano bajo mis bragas y deslizar un dedo a mi clítoris al imaginar sus preciosos y turgentes pechos.

Estaba enferma, en cada situación de mi vida se me presentaban de la nada y no me dejaban actuar como una persona normal:

-¿Quién sabe cuál es la función del seno y el coseno en el ejercicio cuatro? –Preguntó el profesor Brown en clase de Matemáticas. Yo apunté como respuesta "Senos de Lauren" en mi cuaderno e hice un pequeño dibujo al lado.

-En las zonas rurales o menos avanzadas tecnológicamente la gente utiliza todavía carretas para transportar mercancías. –El señor Hoffman nos explicaba en clase de Historia. Por primera vez comprendí la frase de "Tiran más dos tetas, que dos carretas"

Cuando llegué a casa y vi que mi familia estaba viendo un documental sobre vacas no pude evitar imaginarme a Lauren vestida de vaca meneando sexymente sus dos ubres.

En serio, quería que alguien me pegase un tiro por estar tan salida. No quería imaginarme qué pasaría si algún día la llegase a ver completamente desnuda. Dios mío, necesitaba follármela y estar dentro de ella, metería hasta mi cabeza dentro.

Al cabo de unos días la situación fue más controlable y pude continuar con mi vida normal, es decir, ya solo me tocaba una vez por las noches cuando llegaba a casa.

Estábamos ya en la primera semana de febrero y la primera ronda del concurso de mates era este viernes. Si lográbamos clasificarnos, pasaríamos a la segunda ronda como representantes de la ciudad de Miami contra el resto de ciudades del estado de Florida. Me moriría si lográramos por lo menos ganar la primera tanda, nos habíamos esforzado tanto los cuatro que nos merecíamos representar a Miami, pero para eso teníamos que derrotar a los estúpidos chicos del resto de institutos de la ciudad.

Dinah, Dexter, Lauren y yo acabábamos de terminar nuestra última sesión de entrenamiento. El profesor Brown había venido esta vez a echarnos una mano y nos dijo que nos veía bastante fuertes, que teníamos más nivel del que se requería en esas pruebas.

-Esta primera fase es vuestra, chicos. El viernes nos vemos. –Dijo el hombre sonriendo, me gustaba cuando lo hacía porque se le notaban las patas de gallo en los ojos y lo hacían parecer un tipo entrañable. El señor Brown me caía genial, era el mejor profe de mates que se podía tener.

-Gracias, señor. –Respondió Tartakovsky. –Este año es el nuestro. –Dijo optimista, nunca lo había visto tan jovial, por un momento había perdido toda la seriedad que le rodeaba. Miré a mis compañeros de equipo y a mi profesor y suspiré. Me alegraba tanto de haber entrado a formar parte del Club de Mates, si no nunca hubiese conocido a personas como Dexter o Dinah, y pasar más tiempo con mi vecina era increíble. Me sentía agradecida por la vida que estaba llevando ahora.

Cuando terminamos, Dinah, Lauren y yo salimos juntas del instituto.

-Oye, Normani me ha dicho que pasásemos ahora por su casa, que no había nadie –Nos propuso Dinah a Lauren y a mí.

-Claro, suena bien. –No tardó en aceptar mi vecina. -¿Tú también vienes, no? –Me preguntó Lauren. Era martes, por el amor de Dios.

-No sé, mañana hay que madrugar.-Me excusé un poco.

-No vamos a estar hasta tarde. –Dijo Dinah.

-Venga, serán solo unas cervecitas. –Insistió Lauren.

Deseo sexual en abundancia [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora