Capítulo 14: Voy a hacer de tu vida una aventura

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Lauren y yo pasamos el resto de la mañana viendo pelis, acurrucadas en el sofá con una mantita, Yo estaba recostada encima de ella, y de vez en cuando me giraba para darle algún beso. Mi corazón iba a mil cada vez que me aventuraba a tomar esa decisión, tenía miedo de que ella se pudiese cansar de hacer eso, pero parecía que no lo iba a hacer, porque los alargaba y sonreía levemente después, desviando la vista de nuevo a la peli. A veces me acariciaba el pelo e incluso me di cuenta de que me lo estaba oliendo discretamente en una ocasión. Yo estaba tan feliz en ese momento, que podría haber estallado en mil trocitos de arcoíris.

La mañana pasó y Lauren y yo nos sentamos a la mesa a comer, había preparado una sopa de fideos calentita, una de esas sopas recuperadoras que todo el mundo necesita cuando están malitos.

-¿De dónde piensas sacar el dinero para pagar la deuda? -Pregunté sin tapujos, soplándole a la cuchara.

-Tengo algunas ideas - Contestó ella vagamente.

-¿Cómo cuáles? -Insistí, esta chica nunca regalaba la información.

-Prostitución, tráfico de drogas...ya sabes, lo normal. - Dijo metiéndose la cuchara en la boca mientras me desafiaba con la mirada, claramente se estaba burlando de mí.

-En serio, Lauren.

-Seré una putilla de lujo. Sexo y regalos de clientes multimillonarios, con sus trajes tan pulcros pero tan corroídos por dentro. Se enamorarán de mí y me otorgarán millones y millones. -Seguía con su juego mientras me mostraba una sonrisa de medio lado. Si Lauren se hacía prostituta la que se iba a arruinar iba a ser yo pagando sus servicios.

-Lauren, jo, -Me quejé, Habla en serio.

-¿Y qué te parece un atraco a un banco? -Continuó. -Eso sería divertido. Una pipa y un coche que coja doscientos en un abrir y cerrar de ojos.

-¿Por qué no pides un préstamo al banco? -Propuse ignorándola.

-Tengo dieciocho años y no tengo trabajo ni nadie que me avale, ningún banco me daría noventa mil dólares.

-Mmm, cierto. ¿Y por qué no lo pide tu madre? Ella sí trabaja.

-Porque tendría que devolverlo con intereses y pagando cerca de dos mil quinientos dólares al mes para quitárselo cuanto antes. No tenemos ese dinero y mi padre se terminaría enterando. -Contestó ella limpiándose con la servilleta.

-¿Y cuánto dices que cobran las prostitutas de lujo? -Pregunté en broma.

-¿Por qué? ¿Te interesa contratar mis servicios? - Me dijo levantándome la ceja izquierda provocativamente.

Yo me puse roja como un tomate y traté de llevarme una cucharada a la boca, pero entonces noté cómo Lauren me estaba acariciando la pierna con su pie provocativamente. Yo levanté la cabeza para verla, tenía la mirada más pícara que jamás le he visto, para después convertirla en una divertida.

-Qué nerviosa te pones, Camila. -Paró de rozarme y siguió comiendo como si nada.

-Imbécil. -Murmuré sonrojada y ella sonrió con satisfacción. Sabía que me tenía en el bote.

-Bueno, ya está bien de hablar de mí, hablemos de ti. - Oh, oh... mi vida era lo menos interesante del mundo. -¿Qué has estado haciendo este tiempo?

-He estado estudiando para tener una buena media y he salido con Marielle por ahí. -Resumí rápidamente, no había mucho más que contar.

-¿Y ya está? ¿Así es como resumes tu adolescencia? ¿Ningún viaje, ninguna aventura loca? - Preguntó Lauren indignada. Yo me sentí un poco mal, la verdad es que había dedicado estos años a sacar buenas notas, a ver series, leer libros y a pasear con mi amiga por ahí, pero sobre todo, a tener una profunda e insana obsesión con mi vecina. ¿Cómo le iba a decir eso? ¿Qué triste, no?

Deseo sexual en abundancia [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora