Narración Benjamín
—¡BENJAMÍN, DETENTE! —me gritó Briana, jadeando del cansancio.
Los cuatro nos pusimos a entrenar más para evitar otro castigo.
—¡Briana, tienes que seguir!
Corríamos alrededor del edificio para mejorar nuestra resistencia. El sol ardía sobre nuestras cabezas, y el sudor empapa nuestras ropas,(la ropa que nos dieron)
—¡Benja, no siento mis piernas! —exclamó Lía, tirándose al suelo.
Dilan y yo nos lanzamos una mirada cómplice; parece que Briana y Lía se cansan muy rápido al correr.
—Última vuelta—propuse. Ellas se levantaron y, aunque visiblemente agotadas, continuaron corriendo.
Lía siempre me hace reír cuando corre; su trasero se mueve al compás de sus brazos. Verla así hace que correr sea más entretenido.
¿Qué haces mirándole el trasero a tu amiga?
Somos adolescentes e inocentes.
Lo que tú digas. No recuerdo haberte hecho un pervertido.
Sigo insistiendo en que soy inocente.
Dilan me dio una palmada en la espalda para que siguiera corriendo.
—Deja de mirarle el trasero a Lía —me dijo con una sonrisa.
—No le estoy mirando el trasero, solo me da risa. Tengo la mente inocente, además, tengo quince años -me defendí. Él solo negó con la cabeza.
—Con quince años y las hormonas alborotadas.
—¿Y tú qué? Briana es bonita, ¿o no?
—Sí, pero es mi amiga. No la voy a mirar de otra manera.
—Claro, yo veo a Lía como mi amiga y compañera de aventuras, pero solo digo lo que veo. La respeto mucho.
—Lo sé, sigamos corriendo mejor.
Dimos la vuelta al edificio. Otros jóvenes de Omega se reían de nosotros, señalándonos.
Imbéciles.
Al final de la vuelta, Briana y Lía se tiraron al césped, jadeando y sudorosas, sus ropas de entrenamiento tan sucias como las nuestras. No hemos tenido más ropa ni hemos ganado nada.
—Benja, ¿qué vamos a hacer ahora? -preguntó Dilan, mirándome.
Llevo solo un par de días conociendo a Dilan; es buen chico, pero siento que esconde algo. Igual que Briana. Entre ellos se ve una amistad profunda pero algo rota.
—Vamos a hacer abdominales y ejercicios para conseguir fuerza en los brazos, que ambas necesitan con urgencia —dije, mirando a Briana y a Lía.
Ellas me miraban con ganas de matarme, pero al final hicieron los ejercicios.
Estamos cansados y hambrientos. Terminamos de entrenar y los cuatro nos acostamos sobre el césped, disfrutando del breve descanso al terminar el entrenamiento de la mañana.
—Escuché a Marcus hablando con los otros. Mañana nos va a llevar a la piscina de abajo, en la que estuvimos pero sin hielo. ¿Saben nadar?
—Yo sí—respondió Briana.
—¿Cómo aprendiste, si puedo saber? —preguntó Dilan.
—¿Acaso nunca fuiste a un río? —repuso cruzándose de brazos.
—Eso no cuenta como nadar —respondí.
—Entonces no sé —suspiró.
—Si no nos mata el hambre, nos mata el agua. Qué ironía —repuso Lía. Yo solo negué con la cabeza.
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No somos los mismos
Novela JuvenilSipnosis: Lo conozco desde que éramos Niños y por alguna razón Nos separamos sin razón evidente No nos hablamos Pero por alguna razón del destino Nos volvimos a ver con circunstancias que no pensábamos Ahora solo contamos,el uno con el otro,si qu...