Narración Briana
Escucho a Dilan gritar y mi corazón se acelera. Espero que no le hagan nada. Quiero moverme, pero los hombres me tienen sujeta fuertemente. Cuando veo que John se acerca, mi corazón comienza a latir con rapidez y siento cómo mis nervios me invaden.
—Bueno, Briana, empecemos. Necesito algo de ti que es de suma importancia —dijo John con frialdad.
Los hombres de John me atan a una silla, con las manos detrás del respaldo y los pies firmemente amarrados. Me atan tan fuerte que siento que la circulación en mis venas se corta. John se quita ligeramente la chaqueta y busca en uno de sus cajones. Saca un anillo y se lo coloca en el dedo anular.
—Briana, intentaré ser rápido, pero disfrutaré cada momento. Y más te vale no gritar —murmuró.
Cuando se acerca, me da un golpe en el rostro. El dolor es tan intenso que me dan ganas de gritar, pero apenas puedo emitir un susurro.
—¿Por qué haces esto? —murmuré con lágrimas en los ojos.
—Mi querida Briana, no lo entenderías. Solo sé que lo disfrutaré —respondió, dándome otro golpe, esta vez en el estómago.
Los golpes continúan, uno tras otro, repartidos por todo mi cuerpo. Veo que sus manos se manchan de sangre.
Mi sangre.
El dolor es abrumador, grito y lloro casi hasta desmayarme. Me golpea como si fuera un animal, como si no fuera humana. Sus ojos reflejan una rabia inhumana, y el dolor se intensifica mientras mi visión se nubla y mis piernas se llenan de sangre.
Su risa, fría y psicópata resuena en mi mente mientras la oscuridad se apodera de mí. Golpe tras golpe, hasta que todo se vuelve negro. Solo quiero que acabe este sufrimiento.
Narración Dilan
Ya habían pasado horas. No sabía nada de Briana. Cada minuto esta lleno de sufrimiento y agonía. Mi corazón está acelerado. Benja y Lía tuvieron que irse a sus habitaciones; ya era hora de irse. Marcus me llevó a mi habitación y la cerró para que no saliera.
Caminé en esa habitación de un lado a otro, ansioso, rogando a Dios que a Briana no le hayan hecho nada esos hijos de puta. Mis pensamientos se interrumpen cuando escucho que abren la puerta. Veo lo que más temía. Marcus la tira al suelo como si fuera un animal.
Briana... Llena de sangre por todo su cuerpo, me acerco a ella y la tomo entre mis brazos.
—Mañana no los quiero ver fuera de la habitación —murmuró Marcus antes de irse. Quiero matarlo.
Briana tiene los ojos cerrados, tiene varios morados alrededor de su cuerpo. Su rostro está lleno de sangre, especialmente su nariz. La golpearon y quién sabe qué más le habrán hecho.
Me siento roto, como si algo dentro de mí se hubiera roto al verla así. No lo estoy soportando.
—¡BRIANA! —murmuré aferrándola a mi pecho con lágrimas en los ojos. Veo su pálido cuerpo, débil y vulnerable sobre mí.
Entonces me quito mi camisa y la coloco sobre ella. En la noche hace frío, así que la arropo y la tomo sobre mi pecho. Puse mi espalda contra la pared para mantener el equilibrio. Sé que está viva porque suspira débilmente.
—Briana, ¿qué te hizo ese hijo de puta? —murmuré con una lágrima corriendo sobre mis ojos.
La noche se extiende interminable mientras me siento a Briana, mi corazón está deshecho. La habitación es fría, y el silencio pesa sobre mí como una carga. La angustia y el dolor me mantienen despierto, mientras mi mente da vueltas en mil escenarios de preocupación.Me inclino sobre ella, acariciando su rostro con ternura, mi voz temblando.
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No somos los mismos
Teen FictionLo conozco desde que éramos Niños y por alguna razón Nos separamos sin razón evidente No nos hablamos Pero por alguna razón del destino Nos volvimos a ver con circunstancias que no pensábamos Ahora solo contamos,el uno con el otro,si queremos lle...