CAPÍTULO 18. ECOS

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Hacia un rato que los dos chicos habían dejado de hablar. Martin estaba haciendo la cama accesoria que tenía Juanjo debajo de la suya para cuando algún amigo se quedaba a dormir con él de pequeño.

Juanjo mientras tanto estaba tumbado en su cama hablando con Ruslana por WhatsApp, pues ambos habían quedado en llamarse al finalizar el día. Era un ritual que ambos amigos tenían desde que se hicieron amigos, podían estar enfadados, cansados o de fiesta. Daba igual la hora que fuera, la única regla era que tenían que escribirse cómo había sido su día, sin juzgar las decisiones tomadas. Solo dando consejos de forma empática y lo más importante. Nunca mentir. ¿Pero cómo iba a decirle a Ruslana que Martin le había acompañado a Zaragoza? Jamás le perdonaría que hubiera llevado al vasco antes que a ella a conocer a su familia.

"Rus: buenas noches mi amor, te escribo desde la planta, acabo de salir del turno de tarde reventada. Que te voy a contar que no sepas. Muchos ingresos, mucha medicación... pero al menos he estado con Kiki que me ha sacado una sonrisa. Ahora iré a cenar con ella y con Violeta. ¿Tú estás bien? Sé que ha pasado algo, cuando estés listo puedes mandarme 100 audios o llamarme. Te amo Juanjuuuuu!"

"Juanjo: buenas noches Rusli <3 vengo a hacerte mi podcast diario jajaja. Hoy no ha sido muy buen día, bueno en realidad si que ha tenido algo de bueno pero aún no te lo puedo contar. Cuando vuelva a Madrid hablamos, porque merece contarse en persona. Estoy en Zaragoza, han pasado cosas con Javi, no me apetece mucho hablar de ello, espero que lo entiendas. No sé si volveré para reincorporarme al siguiente bloque después de la libranza o llamaré a la jefa para ver si me puede conceder un par de días más. Me necesita más que nunca. Te quiero mucho Rus. Descansa. Cualquier cosa sabes donde encontrarme"

Martin se tumba en la cama nada más hacerla. Esta especialmente cansado después de todas las emociones del día. Y los ojos comienzan a entrecerrársele.

-¿Apagamos la luz, novato?- ríe Juanjo.

Martin se avergüenza un poco pero asiente cansado. Después de todas las emociones del día se sentía sobrepasado. Antes de apagar la luz, manda un mensaje a su madre contándole donde se encuentra.

-Buenas noches, mañana te llevaré a ver un poco Zaragoza antes de volver a ver a Javi- explica Juanjo- aunque bueno, no te quiero aburrir. Si prefieres hacer otras cosas mejor que estar en el hospital, lo entenderé.

-¿Pero qué dices? Javi me ha caído genial y yo también quiero apoyarle. Ya le he conocido y le tengo más cariño que a ti- pica Martin.

Juanjo le tira un cojín que Martin logra esquivar. No mucho tiempo más tarde, Martin cae rendido y duerme tranquilamente. Mientras tanto Juanjo se permite llorar en silencio mientras escucha música en sus cascos para no molestar al vasco. Estaba tan preocupado por su hermano que no podía conciliar el sueño.

A las 3 de la madrugada, Martin estaba dando demasiadas vueltas nervioso entre las sábanas y se le escuchaba sollozar entre sueños, acto que sobresaltó al maño que aún no había conseguido dormirse. Prestó atención atentamente a los movimientos del más pequeño que por momentos parecía tensarse más. De pronto un grito ahogado, le despierta empapado en sudor.

-¡Ey, novato!- dijo Juanjo abalanzándose sobre el pequeño para tratar de tranquilizarle- no te preocupes, estoy aquí, shh.

Martin temblaba y rechinaba los dientes nervioso. Juanjo lo notó y se puso a hacer círculos sobre su espalda alta. Una descarga recorrió todo el cuerpo de Martin.

-¿Quieres dormir conmigo?-dijo sin pensar Juanjo.

Martin le miró sorprendido. ¿Volver a dormir con alguien, después de haber dormido con Sergio? Su cuerpo comenzó a tensarse, no quería que con Juanjo acabaran las cosas así de mal.El mayor le miraba intentando descifrar que le tenía sumido en sus pensamientos.

-¿Yo a ti te caigo bien?-preguntó Martin bajito.

Juanjo abrió los ojos con asombro, ¿cómo podía preguntarle una cosa así?

-Creo que no hay mayor respuesta que mis acciones. No he traído a nadie del grupo a Zaragoza más que a ti, ¡incluso has conocido a mi hermano! -dice suavemente agarrando su mejilla- mientras seamos amigos no pienso permitir que nadie te haga daño.

Juanjo dio dos golpecitos sobre su colchón incitando al menor a que se tumbase junto a él. Este no dudo en seguir sus indicaciones.

-¡Fíjate si te tengo aprecio que he dejado que estés conmigo en mi cama con el calor que tengo siempre!- comento riéndose Juanjo.

Ambos estaban tensos pues no sabían que postura adoptar. ¿Debería Martin abrazarle? Igual se sentía incómodo. Juanjo daba vueltas a su cabeza con las mismas preguntas, ¿le agobiará el contacto físico después de la pesadilla?

Al final, un vergonzoso Martin se acercó a depositarle un casto beso en la mejilla a Juanjo. Para sorpresa de este, el gesto provocó miles de descargas por todo su cuerpo, pudiendo creer arder su mejilla durante horas. Juanjo por su parte, dejó un suave apretón sobre la cintura del más pequeño antes de separarse de su cuerpo.

Por primera vez en la noche, Juanjo consigue dormir tranquilo y en paz.

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Capítulo rapidito y cursi antes de los nuevos acontecimientos. Poco a poco parece que se están acercando más. ¿Os gusta?

VIAJE A NINGÚN LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora