VIAJE A NINGÚN LADO

CAPÍTULO 7. BOCA DE HULE

Martin mira extrañado como Juanjo se marcha apresuradamente corriendo de la unidad ante la atenta mirada de Álex y Álvaro.

- Se iba a fumar pero yo creo que irá a hablar con Denna seguro- dice mientras guiña un ojo a Martin- bueno yo me voy a echar un ratito en los sofás a ver si consigo echar una cabezadita que los pacientes parece que se han quedado tranquilos un rato.

Martin coge su teléfono de manera instintiva cuando observa las dos notificaciones entrantes. El pulso se le acelera, lleva 3 semanas sin tener noticias de Sergio, ni un mensaje ni una llamada, ni un ápice de interés por él y cuando por fin logra rehacer su vida y parece estar un poco más feliz, ¿tiene que aparecer? Al final será verdad el dicho de que los ex siempre vuelven.

Realmente no sabe cómo gestionar la situación, así que decide llamar a la única persona que le consuela las lágrimas de alegría y de tristeza: su madre.

-Chicos, voy a hacer una llamada al balcón... ahora vuelvo- dice Martin mientras Álex asiente animándolo a marcharse.

Las lágrimas empiezan a brotar por sus mejillas sin control mientras marca el teléfono de su madre temblando. Un pitido, dos pitidos, tres pitidos...

-¿Si?

Un suspiro sale de la boca de Martin.

-Mi vida, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado? Son las 3 de la mañana.

Martin se percata del grave error que ha cometido llamando a su madre a altas horas de la madrugada pues pensaba que aún sería más temprano y no desvelaría a su madre, causándole sin querer un buen susto. Trata de reconducir la conversación mientras se traga sus propios sollozos para no preocupar más a su madre.

- ¡Ay mamá! Fíjate que estoy mal de la cabeza que me pensaba que era más temprano -finge Martin con sorpresa- te llamaba porque estoy en mi primera noche y te echaba de menos, ayer se me olvidó llamarte.

La madre de Martin permanece en silencio, es difícil engañar a la persona que más te conoce del mundo, sin embargo, ésta parece no querer meter en un aprieto a su hijo porque agobiándole sabe que va a conseguir el efecto contrario, es decir, que se cierre más y no cuente nada. Tras una apresurada despedida, prometen hacer videollamada al día siguiente cuando este más tranquilo en su domicilio.

Vuelve a la sala de estar de enfermería donde se encuentra Álex mirando en su teléfono algún vídeo random que le haga mantenerse en vela por si sonase algún timbre que atender, alza la vista y se encuentra con los ojos rojos e hinchados de Martin durante 2 segundos. El menor trata de esconderlo evitando el contacto visual, sin embargo, Álex se ha dado cuenta de que ha estado llorando.

Antes de que pueda preguntar su enfermero está rodeándole la cintura en un abrazo fuerte que Álex responde con suaves caricias a lo largo de toda su espalda y pelo. La respiración agitada de Martin poco a poco se va relajando hasta caer completamente dormido.

Juanjo regresa a la unidad encontrándose a Álex mirando su teléfono mientras Martin reposa la cabeza en las piernas de su compañero, mientras una manta parece cubrir todo su cuerpo. La cara de Martin parece relajada y tranquila.

Álex hace un gesto a Juanjo de silencio mientras le señala el teléfono. Juanjo saca el suyo recibiendo al instante un mensaje de él.

"Álex: no sé que le ha pasado pero estaba llorando y no he querido agobiarle a preguntas"

Juanjo levanta la vista preocupado, alternando la mirada entre los ojos de Álex y la cara de Martin que en ese momento parece estar en su momento más pacífico. Una nueva vibración en su teléfono saca a Juanjo de sus pensamientos.

"Álex: he conseguido que se tranquilice un poco y se ha quedado dormido, ¿podrías prepararle la medicación de las 7h? Con todo el lío él no ha sacado nada y quiero que descanse un poco hasta las 6 y media al menos"

Juanjo suspira mientras se levanta ante la mirada sonriente de Álex. Mientras le responde:

"Juanjo: vale. Pero como se te ocurra decir que he sido yo no te queda tierra para correr"

"Alex: sí mi capitán, que tienes una reputación que mantener"

Juanjo no puede evitar soltar una pequeña risita mientras niega con la cabeza. Realmente todos parecen preocupados por Martin y aunque él quiera negarlo, los mensajes que ha leído antes le preocupan. Por mucho que ambos se llevasen mal jamás le desearía algo malo a sus enemigos. Y Martin por lo poco que lo conocía no parecía una mala persona.

A las 4:30h de la madrugada los ojos cansados de Juanjo parecen vencerle, y reposa su cabeza sobre la mesa de los ordenadores.

A las 6 y media cómo habían estipulado despiertan a Martin.

-¿Qué novato? ¿Vamos a pasarnos toda la noche durmiendo sin trabajar? Así quiero cobrar el sueldo yo también- pregunta Juanjo con una sonrisa ladeada.

-Yo... lo siento muchísimo Juanjo, no sé cuando me he quedado dormido, haberme despertado en serio, ay dios, la próxima vez despiértame, es la primera vez que trabajo de noche y no estoy acostumbrado a trasnochar y...- responde de manera atropellada Martin.

-No habrá próxima vez Martin, porque si eso ocurre tendré que matarte- corta Juanjo de manera seca mientras Martin parece volverse más vergonzoso que de costumbre.

Juanjo tiene que evitar sonreír ante las disculpas de Martin, parece un niño pequeño al que han pillado escondiendo chucherías. Y aunque Juanjo quiera esconderlo, cada vez le resulta más difícil llevarse mal con su compañero.

Martin se levanta asustado al darse cuenta que no ha preparado nada de la medicación ante el asombro de sus ojos cuando ve su carro de medicación perfectamente dispuesto con todos y cada uno de los botes que tiene que administrar ordenados por habitaciones, las analíticas que hay que extraer en ese momento y una pequeña nota con los pacientes que han llamado durante sus horas de sueño y que requería cada uno para que el enfermero pudiera dejarlo anotado en los evolutivos.

En ese momento Álex se acerca por detrás para decirle:

-De nada compañero, me ha costado lo suyo pero entre hermanos nos ayudamos ¿verdad?

Martin sonríe ante la atenta mirada de Juanjo, que también sonríe mientras ninguno de los dos puede verle.