Martin se encontraba en una nube, pisando entre algodones en los que ya no existiera cabida para el dolor o la tristeza. Su chico había recordado el día de su cumpleaños y había decidido sorprenderle llevándole a su ciudad, a Bilbao, sabiendo lo que le gustaba pasar tiempo con su familia y a la que en los últimos meses no había visto mucho. Se había percatado de que le gustaban los pequeños detalles, regalándole flores y llevándole a un mirador. Estaba borracho de amor y quien dijera que no, no podía imaginarse lo que estaba sintiendo el vasco en su interior. Miles de descargas eléctricas con tan solo verle sonreírle y fuegos artificiales con el roce en su cintura. Y sumado a todo ello, le había hecho uno de los mejores regalos materiales que podrían haberle dado nunca, ir juntos a un concierto de su cantante favorito.
Hacía media hora que habían perdido la noción del tiempo y Martin estaba tumbado encima de Juanjo dándole miles de besos por todas partes mientras Juanjo se reía de manera sonora por las cosquillas que le estaba generando el roce del bigote del menor. Les daba igual que sus padres estuvieran esperando. Cuando se trataba de ellos, el mundo de alrededor se quedaba en pausa. Una voz al final del pasillo les sacó de la ensoñación.
-¡Chicos! ¿Dónde estáis? Tenemos que ir a casa de la abuela, Martin - se escuchaba a lo lejos a su madre.
Los dos chicos se levantaron deprisa como un acto reflejo y bajaron corriendo las escaleras felices.
El trayecto en el coche fue tranquilo. Juanjo no paraba de hablar con los padres de Martin, contándoles miles de anécdotas de Madrid o simplemente de cuando era pequeño y vivía en Zaragoza. Sus padres no podían borrar la sonrisa de la cara, y de vez en cuando se les escuchaba escapar una carcajada genuina. Martin observaba la escena en silencio, pensando en que así debía de sentirse encajar y que te quieran de verdad.
No pasó desapercibido para el mayor la nula interacción que estaba teniendo y preocupado por si estuviera dándole vueltas al momento con su ex se acerco a él para depositarle un beso en la mejilla mientras los padres de Martin hablaban entre ellos.
-¿Y esto? - preguntó sorprendido.
- ¿Estás bien? Te veo muy callado y quería saber si estabas bien - susurró Juanjo en el oído.
- Estoy muy feliz, Juanji - dijo sonriendo al mayor - estaba viendo lo bien que te llevas con mi madre, que es la persona más importante de mi vida, y me estoy muriendo de amor. ¿Y qué consigas sacar una risa a mi padre? Es de las personas más serias que conozco. De verdad amor, estoy muy muy contento.
No pasó para Juanjo desapercibido el apodo con el que le había llamado.
- ¿Amor? - preguntó levantando una ceja ante el sonrojo del menor - Me encanta maitia.
Se ganó un codazo del pequeño antes de bajar del coche. Por fin habían llegado a la casa de su abuela. Vivía un poco más alejada del centro de la ciudad, en una casa con un amplio jardín. Nada más entrar una mujer que sobrepasaba la setentena pero con un aura jovial se encontraba delante de los dos chicos.
- ¡Feliz cumpleaños, mi nieto favorito! - la abuela se acercó a abrazar a Martin mientras tiraba de sus orejas suavemente.
- Eso lo dices porque soy tu único nieto - dijo el vasco rodando los ojos.
- Y aunque tuviera más seguirías siéndolo - respondió negando divertida para centrarse en el segundo invitado.
- ¿Tú debes de ser Juanjo?
- Sí, encantado Carmen, es un placer conocerla.
- Hijo, si vas a ser parte de la familia tutéame.
Ambos se abrazaron cariñosamente para después conducir a Juanjo al porche del jardín. Su abuela pasó una mano cariñosamente por la cintura de su novio. Martin caminaba dos pasos por detrás analizando la escena con asombro. Cuando presentó a Sergio a su abuela, nunca fue así de cariñosa, es más el vasco creía que nunca habían hablado más de tres palabras seguidas. Estaba deslumbrado por lo diferente que se veía su vida desde que el maño estaba en ella. Pero todo a mejor, obviamente.
Toda la familia al completo se reunió alrededor de la mesa del porche de la abuela de Martin. Hacía buena temperatura para estar todos juntos al aire libre a finales de septiembre. La abuela sacó de la cocina una gran tarta de chocolate y avellanas, la favorita del vasco. Encima apoyadas sobre la misma dos velas con los números "22". Encendieron las velas y cantaron el cumpleaños feliz, mientras Juanjo grababa la escena divertido.
Después de un rato conversando, Martin sacó su cámara vieja para inmortalizar su mejor cumpleaños hasta la fecha. Pudo hacer fotos a sus padres más enamorados que nunca, pidiendo algún día en el futuro continuar así de la mano del maño. También sacó varias fotos a Juanjo con su abuela, mientras conversaban apasionadamente de enfermería.
- ¿Queréis que os haga una foto de familia? - preguntó Juanjo después de un rato.
- Si vamos a hacernos una foto de familia tienes que salir tú también - respondió segura Carmen - vas a ser una parte importante de esta familia - agarró la mano de la pareja de su nieto con cariño para deposita un beso sobre el dorso de la misma.
A Martin se le aguaron los ojos de ver a su abuela tan contenta con su pareja. Posó su cámara al final de la mesa y activó el temporizador. Toda la familia al completo se abrazó a Juanjo, que se encontraba en el centro de la foto. El vasco no recordaba tener una foto tan bonita hasta ahora.
(...)
Hacía rato que habían vuelto al domicilio de los padres del vasco, no sin antes despedirse de la abuela de Martin, prometiéndola que iban a volver más a menudo.
Los dos chicos estaban acostados abrazados sobre la cama del vasco cuando Martin recordó que no había revisado su teléfono en todo el día. Juanjo miraba como desbloqueaba su teléfono mientras recorría con su dedo índice las facciones de la cara del vasco hasta finalmente depositar el dedo sobre su boca. Martin lo besó repetidamente.
- ¡Mira Juanjo! Los chicos me han felicitado - respondió ilusionado como un niño pequeño. Juanjo no pudo hacer más que sonreír y acercarse para mirar la pantalla.
"Ruslana: ¡Mi amoooooooor! ¿Cómo no nos has dicho que es tu cumpleaños? Esto hay que celebrarlo en cuanto el maño y tú volváis a Madrid. Feliz cumpleaños cariño eres una persona super especial, eres lo que le faltaba al grupo. Te quiero muchísimo, eres mi mejor compi de turno (que juanjo no se entere de esto que me mata). <3<3<3<3<3"
"Álex: Felices 22 hermanito <3 te quiero con locura, sigue confiando en mí para aconsejarte siempre. Voy a estar caminando de tu lado en todo lo que necesites. Me encantaría que vinierais el maño y tú a cenar a mi casa con mi novia esta semana. Ya me vas diciendo, deseando abrazarte peque"
"Vivi: mi compi de piso favorito que me ha dejado vendida por un maño :( es broma mi amor, feliz cumpleaños. Te quiero mucho. Eres el mejor descubrimiento del año y espero que sigas junto a mí mucho más tiempo."
"Chiara te ha mencionado en su historia"
"Álvaro te ha mencionado en su historia"
...
Todos. Todos sin excepción habían subido fotos junto al vasco para felicitarle. Álvaro una recopilación de tik toks bailando. Chiara vídeos de doblaje de Mamma mía. Álex una foto juntos en turno. Violeta un collage de sus tardes de películas. Ruslana foto con sus dos mejores amigos abrazados en sus tardes de confesiones.
Martin no se lo podía creer no podía dejar de llorar ilusionado mientras les contestaba a todos. Juanjo lo miraba con ternura mientras le acariciaba el pelo y depositaba pequeños besos.
- Te mereces esto y más, Martintxu.
Pero todo no iba a ser bonito, o eso creía Martin. De un momento a otro su sonrisa se borró. Había recibido una felicitación que no se espera.
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¡HOLA! ¿QUÉ OS HA PARECIDO EL CAPÍTULO?
OS QUERÍA PREGUNTAR SI OS ESTÁ GUSTANDO COMO TRANSCURRE LA HISTORIA Y SI OS GUSTARÍA QUE ESCRIBIERA OTRO FIC. TENGO COSAS EN MENTE. OS LEO.
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VIAJE A NINGÚN LADO
FanficMartin, un chico de 21 años bastante solitario acaba de terminar la carrera de enfermería en Bilbao. Agobiado por los recientes acontecimientos entre su grupo de amigos decide huir de su entorno y probar suerte en la capital. Allí conocerá a Juanj...