CAPÍTULO 28. LO NUESTRO

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Juanjo no podía aguantarse la rabia y el malhumor de haber sido interrumpido en el momento que llevaba tanto tiempo esperando. ¿Cuántos días había estado comiéndose la cabeza para decidir si confesar sus sentimientos a Martin? Todo para que al final, el resto del grupo le fastidiasen el ambiente íntimo que habían creado.

Juanjo inhalaba la nicotina con ansias para intentar calmar su cabreo. No podía dejar de mirar con recelo al grupo desde su roca, viendo como todos chapoteaban y se hacían aguadillas felizmente ajenos a todo. De soslayo dirigía alguna mirada prohibida a Martin, que se encontraba alegremente charlando junto a Álex para después tumbarse en su toalla a seguir haciendo fotos con su cámara. No pudo evitar sonreír al ver su mensaje cuando vibró el teléfono en el bolsillo.

"Martintxu: sonríe y quita ese ceño, no quiero que salgas feo en las fotos."

Vio de reojo como la pelirroja también le dedicaba miradas furtivas. Ruslana le conocía lo suficiente para saber que no era el momento de hablar hasta que se le pasara un poco el enfado. Por lo que se limitó simplemente a visualizar desde la lejanía si estaba bien, mientras trataba de disimular con el resto de amigos.

A medida que la tarde fue avanzando el enfado del maño fue descendiendo, siempre se irritaba con mucha facilidad, para olvidársele tambien al poco tiempo. Para el momento de volver a casa Juanjo y Chiara iban alegremente cantando todo el camino de vuelta.Ruslana, Violeta, Martin y Álex, sin embargo, caminaban varios pasos por detrás. Ninguno hizo ninguna pregunta al vasco sobre Juanjo. 


No tardaron mucho tiempo en llegar de nuevo a la casa y realizar varias tandas para ducharse. Álvaro había propuesto hacer una barbacoa y fiesta hasta el amanecer para despedir a lo grande el fin de semana.

Juanjo había salido de la ducha  hacía un rato y estaba en la habitación de Ruslana intentando elegir un buen outfit para impresionar al vasco. Ruslana estaba maquillándole los ojos a conciencia con una sombra negra. Sin embargo, no se había atrevido a hacer ninguna pregunta al maño aún sobre lo sucedido horas antes.

-Así estás guapísimo- chilló Ruslana.

En la habitación de al lado, Chiara y Violeta estaban preparándose también. Llevando puestos dos vestidos preciosos rojo y negro respectivamente.El vasco, por el contrario, había escogido algo más casual: unos pantalones anchos vaqueros con una camiseta ceñida a su cuerpo y que dejaba entrever su ombligo.

Sobre las 22h, todo el grupo se encontraba reunido alrededor de la barbacoa que Álvaro y Juanjo estaban realizando. Martin se unió al grupo frente a la atenta mirada de todos.


-¡Pero Martin! Estas guapísimo mi niño - gritó Ruslana yendo corriendo a atraerle al grupo.

Juanjo que en ese momento estaba de espaldas, se giró chocando su mirada con la del vasco. Su cara empezó a arder. ¿Cómo podía estar más guapo de lo habitual? ¿Eso era posible?

-Vamos a hacernos una foto para el recuerdo -pidió Álvaro.

El grupo posó en mil selfies y también para Martin, que se había convertido en el fotógrafo oficial.

-Tendrás que crear un álbum para el recuerdo - le dijo Álvaro mientras le tendía un vaso de ginebra limón.

Martin no sabía como rechazarle el gesto. Estaba a gusto con el grupo y no quería quedar mal con ellos y que pensasen que era un rarito por no beber. Así que se limitó a asentir mientras sonreía y daba un pequeño sorbo a la bebida. Tuvo que fingir para que su gesto no se tornase en una cara de asco. ¿No podía beber un vaso de agua?

VIAJE A NINGÚN LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora