Cap 32

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"¡[Holy Ray]!" Kelart Custodio gritó, usando el hechizo de nivel 4 para evaporar uno de los Imps voladores extraños que había visto antes, durante la invasión de ese Demonio hace no mucho.

De hecho... Este parecía ser un ataque en represalia por el fallo anterior...

Y en cambio al anterior... Este fue más fuerte.

Después del primer ataque, la ciudad de Kalinsha tuvo varios problemas en reconstruirse, pues el fuego de los Demonios era difícil de apagar sin usar magia divina.

Con las pérdidas, incluida la del Color Rosa... Kalinsha sufrió un gran golpe, y solo gracias a la supervivencia de la Reina Santa, Kelart y Remedios, que la gente no sucumbió a la desesperación.

Se prepararon rápidamente para otro asedio en cualquier momento, con ayuda de los Ángeles invocados, los paladines, y los civiles. Todo como pudieron dentro de los pocos días, recursos y personal que había.

Sin embargo, otro ataque llegó, con Demonios más fuertes y más abundantes que antes... Por ello...

Kelart estaba corriendo con Remedios en sus brazos, pues un Demonio la dejó inconsciente...

Tuvo que evitar mirar hacia atrás, pues la una vez gloriosa ciudad de Kalinsha, ahora era una fogata de gritos y Demonios.

Era una suerte que el sacrificio de los Ángeles, Paladines y Sacerdotes hubieran permitido que Kelart pudiera huir con su hermana...

Lamentablemente... La Reina Santa no tuvo la misma suerte.

Kelart no pudo borrar de su mente los gritos de la Reina cuando un Demonio como un escorpión le rompió las piernas con una de sus tenazas, y la tiró a un costado y haciéndola romperse el cuello desagradablemente contra una pared, solo para que montones de Imps se la empiecen a comer viva de pies a cabeza...

Suprimió el dolor de su corazón, y miró hacia abajo, viendo el rostro de su hermana, con una herida en la frente que cubría parte de su hermoso rostro con sangre...

Kelart tenía que ser fuerte... Tenía que, como siempre, salvar a su hermana mayor...

De hecho... Solo le quedaba una opción. Intentar huir a la siguiente ciudad... Rezando porque no esté infestada de Demonios... Y que los Demonios no la sigan...

...

Un sonido de espadas chocando se escuchó en lo profundo del bosque.

Neia Baraja gimió mientras sus brazos le dolían luego de bloquear el golpe.

"¡Pon más atención!" Su oponente le gritó con reproche, haciendo que Neia gima un poco mientras fruncía el ceño.

La chica rubia vió la espada acercarse a ella, y saltó a un costado, al menos aprovechando su constitución delgada para deslizarse a un costado.

Sin embargo, su oponente pareció prever eso, y rápidamente le dió una patada a la escudera.

El aire se le salió de los pulmones cuando la patada golpeó su estómago, haciéndola sentirse mareada y con su visión oscureciéndose un poco, retorciéndose en el suelo con una mueca de dolor.

Su oponente suspiró, y se agachó frente a Neia.

"Mm... Vamos, cariño, déjame ayudarte..." Camilla Castilla dijo algo preocupada, pero también firme, mientras ayudaba a Neia a recuperarse del golpe, a pesar de su tono anterior más agresivo.

La chica rubia, con los mismos ojos turbios de su padre, hizo un puchero algo decepcionado por no haber podido mejorar... Ni siquiera en estos tiempos... Y ni siquiera con la ayuda de su madre, el Color Morado del Reino Santo, pudo mejorar realmente...

Overlord Fic: La Rosa Roja y la Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora