Prólogo

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Prólogo

Sentada en una de las 34 sillas alrededor de una mesa de mármol perfectamente redonda, alguien estaba esperando.

"... Wah... No está viniendo nadie... ¿Debería irme...? Es casi triste..." La voz casi melancólica salió de la figura. Era una voz joven, pero cansada, pesada, casi enfermiza.

Un pequeño sonido bastante conocido la llamó, era el sonido que hacía cuando alguien en su lista de amigos iniciaba sesión.

La figura se levantó apresuradamente, mirando a los costados para identificar quien había iniciado sesión con emoción no transmitida por su rostro, el cual mostraba una sonrisa neutral y algo seductora, diferente al tono de voz que mostró antes.

Y su mirada se detuvo en una de las sillas, donde una figura femenina se encontraba.

"Ah. Black Abyss."

La mujer que acababa de aparecer la miró y su voz se escuchó algo sorprendida.

"¿Dont? ¿Estás sola? Creí que el gremio estaría totalmente conectado para despedirnos todos..." Sin embargo, una voz masculina y joven salió del personaje femenino.

"Ah. No... Bueno... Pues no vino nadie... En... Todo el día... ¡Cof!" Dont dijo algo... Triste. Pero había algo de ánimo levantado debido a la presencia de alguien más que su propia soledad y pensamientos.

Aunque su tos preocupantemente ronca se escuchó por el micrófono.

"¿Aún sigues con esa enfermedad? Ayer dijiste que estabas mejorando..." Black Abyss dijo algo dudosa, luego mirando en su lista de amigos.

"Ah... Si... No es nada, jeje... Solo, eh... Dormí con algo de frío anoche, jeje..." Sin sonar muy convincente, respondió la mujer.

Si hubiera que definir a las dos mujeres presentes en el salón, se podrían describir como 'obras de arte'.

Aquella que había estado sola hace unos momentos, era definitivamente una belleza madura y dotada. Con un largo cabello negro, sedoso y lacio que caía por su espalda hasta casi llegar a los tobillos. Su piel perfecta y clara contrastaba con tal cabello, con sus ojos rojos como la sangre más carmesí, y sus labios pintados del mismo tono. Una rosa grande decoraba su cabello, mientras que su atuendo era tanto provocativo como impresionante.

Una chaqueta unida a una corta falda de cuero negro, con interior de terciopelo rojo con detalles platinados, así como pequeñas hombreras rojas con púas plateadas hacia arriba. Dos cinturones en su brazo izquierdo, pulseras rojas en sus muñecas, y guantes sin dedos en ambas manos. De su amplio busto, se podía ver la seda negra ocultar la piel directamente, pero dando una vista perfecta aún así. Tenía un collar como una gargantilla unida a un candado de platino sobre una corbata roja.

En su cintura, había un cinturón del mismo estilo que los de sus brazos, con detalles plateados y ajustando más el atuendo que mostraba todas las curvas perfectas de la mujer. Su falda pequeña apenas cubría la parte superior de los muslos, y era sorprendente que nadie le haya mandado un mensaje de advertencia o la hayan baneado por tal lascivia en su atuendo.

A los costados, desde su cinturón, se extendía una gran estructura como vestido campana hecho de cuero negro como el resto de su atuendo y sostenido por una estructura de metal negro, con decoraciones como cinturones en el exterior de tal falda acampanada, y un interior de terciopelo rojo. A partir de su falda, un par de correas negras se podían ver bajando, uniéndose con las medias de seda negra que cubrían desde la mitad del muslo hasta llegar a las botas de tacón de cuerpo, llenas de púas de platino, una hermosa lencería decorada con más cuero.

Overlord Fic: La Rosa Roja y la Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora