El Archiarqueólogo rió mientras estaba aún oculto por una ilusión.
Este era el momento... ¡El momento definitivo!
Los círculos mágicos, decenas de ellos, giraron a su alrededor, recolectando el éter primordial de la magia para invocar este poderoso evento.
Tal era su poder, que necesitaba tanto tiempo para cargarse, y al menos según el Archiarqueólogo, no había manera de acortar este tiempo.
Era una penalización severa, pues si bien este hechizo era tan poderoso que definitivamente traería el Infierno sobre estos mortales atraídos por la gracia de Su Majestad, incluso una mísera pizca de daño, una flecha perdida, lo que sea, lo golpeaba, este se cancelaría.
No estaba del todo seguro de si podría volver a utilizarlo. Nunca antes había usado este tipo de magia. La había aprendido, si, pero nunca la había usado... No es lo mismo tener una escopeta por primera vez y sin usar a haber practicado con esa misma arma... Y pensando en ello, tal vez usar alguno de este tipo antes de atacar a ese Leviatán podría haber tornado el rumbo del combate a favor del Archiarqueólogo, pero bueno. No tenía sentido llorar por la leche derramada.
Miró en silencio la planicie desértica. Un ejército masivo de humanos tontos, y otro ejército más pequeño, pero aún grande, de otros seres. Criaturas mágicas y Ángeles en menor número, pero mayor poder.
No estaba seguro de si debería permitir que su hechizo golpee a las fuerzas de Su Majestad, considerarlos 'ofrendas' o que. Habían Golems y Constructos entre ese ejército, según podía decir, por lo que no todos en ese ejércitos serían afectados por el hechizo...
No. Sacudió la cabeza. Dudar solo lo retrasaría.
Fijó su mirada en el medio de ambos ejércitos, donde una figura blanca chocaba armas con una figura bordó.
Un tonto mortal no podría verlo, pero él, como un Demonio de alto nivel, podía verlo. Aunque estaba escondida, suprimida, el Archiarqueólogo podía verlo.
Los rastros de divinidad. De energía angelical. Esa figura de blanco no era nada más que un Ángel. Uno fuerte.
Nuevamente, estaba del lado de Su Majestad, por lo que no se preocupó por ello.
Su hechizo pronto terminaría de prepararse. Así que se preparó para el acto final. Lo que sumiría este desierto en fuego, muerte y caos.
...
Minutos antes, Titania, la Aventurera Adamantita cuyo nombre había trascendido entre reinos como una heroína, utilizó su 'Talento', cambiando todo su conjunto y armas hacia aquéllas que la hacían ver como una Diosa.
La misma no creía que ésto fuese necesario para derrotar a Gazef Stronoff, ella era más que capaz de derrotarlo incluso con ropa común y corriente, pero era el significado detrás de ésto lo que importaba.
Su escudo no apareció, pues sólo necesitaba su alabarda... Por lo que, Black Abyss, o bueno, Titania, después de 15 minutos de espera, se dirigió desde su ejército hacia el centro del campo, mirando hacia su contrincante en la otra punta hablando con el joven rubio y el peliazul, Climb y Brain Unglaus. Aunque no parecían estar muy contentos, parecían casi querer luchar junto a Gazef contra ella.
Claramente él no aceptaría, Titania tampoco lo haría, era un duelo entre dos guerreros honorables, ninguna intervención ni interrupción sería permitida entre ellos. Incluso Dont no sería capaz de interrumpir el combate sin muchas quejas por parte de Black Abyss. Y considerando como la Reina Demonio ahora obedecía con muy poca resistencia cualquier cosa de Black Abyss, lo mismo del otro lado, la Demonio no intervendría en absoluto.
ESTÁS LEYENDO
Overlord Fic: La Rosa Roja y la Rosa Negra
FantasyYggdrasil. Un juego multijugador de realidad virtual de escala masiva en la Tierra del 2138. Normalmente, trataría de la historia de un hombre solitario que se aferra al pasado en un departamento estéril en el Neo-Japón. Pero Yggdrasil, aunque no er...