Su existencia era perfecta.
Desde el inicio de su ser, él era perfecto. Fue diseñado por los mismos Seres Supremos sobre los Seres Superiores.
Los Seres Supremos eran quienes crearon todo. El Yggdrasil, el universo. Incluso al Devorador de Mundos.
Por otro lado, los Seres Superiores eran... Bueno, había que preguntarse QUE no eran.
Desde cocineros, arquitectos, alquimistas y granjeros, hasta magos de nivel de destrucción continental y guerreros capaces de resistir un puño de Heracles sin retroceder.
Los Seres Superiores venían una y otra vez, no importa cuantas veces mueran. A veces ellos mismos no volvían por deseo propio, o cambiaban por completo. Se vestían con los restos de Dioses y monstruos como si fueran trofeos decorativos, solo para seguir con su cacería eterna.
Él no era diferente. Él era uno de esos poderosos Dioses que fue cazado incontables veces. Apuñalado, incinerado, congelado, sumido en la oscuridad, cegado por su propia luz, devorado por fauces de bestias invocadas, aplastado. No podía contar las veces que fue asesinado. Y cuando moría, los Seres Superiores simplemente rebuscaban en su cadáver y lo destripaban, buscando los mejores recursos que podían sacar de él. A veces llegaban a arrancarle meros pedazos de su alma muerta, 'Cristales de Datos' le llamaban, y siempre le quitaban sus riquezas divinas de todas formas. Y unas pocas veces, lograban arrancarle el corazón, o un ala. O incluso uno de sus ojos.
Solo una vez, un grupo de Seres Superiores monstruos, liderados por un No-Muerto de gran poder, lograron robarle su propio arco. Escuchó que lo destruyeron para crear uno más poderoso...
Bueno, él... Amor, no podía pensar nada al respecto. Pues él los amaba a todos por igual.
Dicen que Dios ama incondicionalmente, y si bien Amor no se consideraba a sí mismo un Dios, pues realmente no lo era en exactitud, él era como Dios. Amaba incondicionalmente. Y si bien se puede considerar a Dios un hipócrita por realmente amar condicionalmente solo a quienes siguen sus doctrinas, y mandar al Infierno a quienes no sin importar que, Amor no era tan 'hipócrita'. Amor los amaba a todos por igual. A sus compañeros 'Dioses', a los Seres Supremos que lo crearon, al Devorador de Mundos, a los Seres Superiores que lo mataron tantas veces... Al bandido de nivel 2 que esperaba en el primer mundo de todos...
Amor tenía para dar a todos. Él fue hecho como tal. Su amor fue dado por los Seres Supremos para que se lo de incondicionalmente a todos.
Y al mismo tiempo, él tenía un deber. Él era el Cupido Definitivo. Él creador de parejas. El dador de amor. No todos podían amarse. No todos se amaban. Había odio por todo el mundo. Por todos los mundos. Y era SU deber dar tanto amor, que el odio en todas partes también sea amor.
Así fue creado.
Por lo tanto, cuando fue liberado de los grilletes de 'evento', alejado de sus hermanos de 'Evento de San Valentín', el día en el que el Santo Valentín era más fuerte que nunca, y fue traído a este mundo desconocido y nuevo, pero débil, más débil que Midgard incluso... Finalmente podía cumplir su propósito.
Por cientos de años, hizo lo mejor para el mundo. Dió amor. Desde ayudar a ese Dragón dorado a tener tanto amor para dar a otras razas, para dar amor entre dos de esos Seres Superiores apodados los 'Reyes de la Codicia', a dar amor entre ese Elfo y esa humana. Dió incontables cantidades de amor en todo el mundo.
Claro, quienes intentaron atacarlo, quienes lo intentaron derrotar, solo sufrieron muertes piadosas y rápidas en manos de su arco, o fueron llenados de tanto amor, que incluso quisieron amarlo a él de vuelta.
Pero hoy... Hm... Normalmente sería un día como cualquier otro. Pero Amor lo sabía. Hoy era 'San Valentín'.
No había día donde no extrañe a sus compañeros de 'Evento'. Por lo tanto, en su amor hacia ellos, no podía hacer más que darles tributo... Dando amor a la gente.
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Overlord Fic: La Rosa Roja y la Rosa Negra
FantasyYggdrasil. Un juego multijugador de realidad virtual de escala masiva en la Tierra del 2138. Normalmente, trataría de la historia de un hombre solitario que se aferra al pasado en un departamento estéril en el Neo-Japón. Pero Yggdrasil, aunque no er...