Cap 41

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La muerte es un concepto interesante que se aplica de una u otra manera en casi todo ser existente, sea vivo o muerto, aunque de diferente manera.

Para un No-Muerto, la muerte era un estado constantemente del existir hasta que sea destruido y devuelto al abismo de la nada existencial.

Para una planta, la muerte era solo algo que no entendía, pero sabía que era el fin de su línea por mucho que beba agua, absorba nutrientes, luz de sol, o esparza semillas.

Para un humano, era un destino que buscaban evitar, abrazan o respetaban, cada humano teniendo su propio punto de vista sobre lo que era la muerte, o compartiendo uno. Lo mismo era con razas similares.

Pero... ¿Qué era la muerte para seres más superiores o distintos en sí?

Para un Demonio, era el fin. No había Cielo ni Infierno, pues los Demonios no tenían alma.

Para un Ángel, era simplemente lo que debía pasar en nombre del gran plan de su Dios o lo que sea.

Sin embargo, también existía una idea que trascendía la muerte. Que la engañaba.

La resurrección.

Era una herramienta brutalmente rara en incontables rincones del cosmos. Incluso eran mitos o simples rumores en otros.

Pocos seres podían jactarse de poder usar el poder de la resurrección. Un Fénix no podría morir a menos que su alma misma sea destruida. Un Dios no moriría mientras tenga creyentes o su alma sea asesinada. Un sacerdote podría permitirse usar el milagro del hechizo que permite la resurrección.

Y un ser que trasciende la lógica y la falta de ella, que es una antítesis de la cordura pero no abraza la locura como algo propio, tenía sus propios métodos.

¿Llevaba muerto...? ¿Cuánto? ¿Millones de años? ¿Más? El tiempo es extraño para seres que no están atados al tiempo.

Tendría que reunir incontables montones de energía lentamente, tardando incontables años más...

Incluso entonces, sus adoradores inexistentes podrían, como mucho, mandarle pequeñas oleadas de energía en forma de una idea extraña que era funcional y al mismo tiempo no, siguiendo una lógica impuesta a la fuerza sobre la existencia bajo mero texto escrito en una pantalla.

Una estrella en formación, lenta e inconscientemente creciendo en busca de volverse lo que podría ser una estrella, es decir, un embrión, tembló mientras incontables montones de esa energía extraña que no debería funcionar se mezclaban con ella.

El proceso que tardaría tanto tiempo que planetas, estrellas y otros cuerpos celestes se volverían polvo antes de que esté cerca de completarse, fue adelantado pasos agigantados a la fuerza por una ecuación ilógica, robando la energía misma de su eclosión para algo.

Pero el robo de energía fue tan grande, que no solo robó la energía, terminó trayendo la estrella en sí.

Y esa estrella eclosionó.

Y algo renació, era momento de su siguiente etapa del ciclo interminable.

...

"Ésto... No debería ser posible..." Black Abyss gruñó mientras mantenía su lugar, sólo porque Dont estaba detrás de ella, ya que habría huido sin lugar a dudas si hubiera estado sola.

Al fin y al cabo, a pesar de que ella era una Paladina nivel 100, junto a una Tiradora de Nivel 100 como Dont, no eran nada más que hormigas frente a lo que en un instante se materializó delante de ellas...

Era sin duda gigante, el poder que tenía esa criatura podía palparse... Las rocas estallaban por la presión, y la propia zona se aplanó debido a ésta.

Overlord Fic: La Rosa Roja y la Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora