Ladrón de almas(Voleur D'âme)

capítulo 32

Capítulo 32: El príncipe mestizo: Capítulo 4

Hola a todos,

Acabamos de superar los 2100 seguidores y los 1700 favoritos en esta historia y estoy alucinada. Nunca hubiera pensado que se volvería tan popular. Incluso Stronghammer sigue creciendo a pesar de que ya está terminada. ¡Y no me hagan hablar de Courage! Está creciendo más rápido que mis otras dos historias al principio.

Gracias a todos los que me apoyan, significa mucho, en serio. De todos modos, volvamos a la historia. La nota del autor aparece al final.

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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de nada.
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La túnica negra de Snape ondeaba detrás de él. Su brazo derecho se extendía hacia mí, con la varita en la mano. Sus ojos negros estaban clavados en los míos, sin vacilar en ellos.

Mis ojos le devolvieron la mirada intensa, ambos esperábamos una señal para empezar pero no queríamos decir nada. Mi postura era mucho más relajada a simple vista, pero si te fijabas más de cerca, verías que era una ilusión.

La varita de Snape se movió sin previo aviso ni delatar el tipo de hechizo que había lanzado. El color, la consistencia y mis sentidos mágicos me indicaron que se trataba de una variante de la maldición cortante. La desvié con indiferencia y respondí con un hechizo propio, una bombarda muy poderosa. Entré en ritmo y lancé dos hechizos más peligrosos pero fáciles de contrarrestar.

No se molestó en moverse, sino que envió la bombarda a su derecha. En una rara demostración de habilidad pura, desvió mi segundo hechizo hacia el tercero que se dirigía hacia él, lo que provocó que ambos se anularan entre sí. Luego pasó a la ofensiva y envió cuatro hechizos en rápido orden.

Entonces nuestro duelo empezó en serio. Ambos usamos hechizos que serían letales para oponentes normales, pero que los monstruos de nuestro mundo contrarrestarían fácilmente. Este era un duelo de pura habilidad, no de poder. Severus Snape era sumamente hábil, y resultó que yo también lo era.

Me limité a no usar mis hechizos elementales y rúnicos más poderosos, eliminando mis mayores puntos fuertes. El propósito era desarrollar una base más sólida y sólida para batirme en duelo con oponentes habilidosos. Tampoco quería mostrar mis ases en la manga, en caso de que Snape decidiera delatar a Voldemort o a sus mortífagos. Algo que sospechaba era la razón por la que incluso aceptó mi aprendizaje. Era leal a sí mismo, de cabo a rabo. Lo respetaba más por eso.

Intercambiamos hechizos ofensivos y defensivos durante casi seis enfrentamientos diferentes, permaneciendo inmóviles y sin movernos. Mi estilo personal se prestaba a las distracciones y a encontrar diferentes ángulos para abrumar a mi oponente. Aun así, no vacilé ante su avalancha de hechizos rápidos y dolorosos. Di tanto como recibí.

Entonces, de la nada, Snape aumentó la severidad de sus hechizos. Su varita se movió como un rayo y yo supe el hechizo antes de que lo lanzara.

"Avada Kedavra"

Un escudo plateado apareció frente a mí siguiendo mi voluntad y mi mente cambió al modo de batalla. Una ira controlada se instaló en mi mente. ¿Cómo se atreve? Me quedé quieto, detrás de la cubierta del escudo. Antes de que la maldición asesina siquiera conectara con el escudo, envié uno de mis hechizos de fuego más poderosos.

Se escuchó un fuerte gong cuando la maldición asesina fue absorbida. Mi hechizo de fuego se conectó con la parte posterior de mi escudo plateado y se disparó hacia Snape. Fue un uso inteligente de un ataque físico y elemental. Snape tendría que conjurar algo para bloquear el hechizo, y no podía ser pequeño o el fuego lo dominaría.