Single Dad! {KageHina Omegaverse}

11

Shoyo regresó tomando la mano de Tobio. Después de un par de burlas de los Adlers, dejaron al Alfa y Omega retirarse amenamente.

-Kageyama.- Lo detuvo Shoyo.
-¿S-sí?- Le dijo ante la repentina situación.
-¿Quieres jugar conmigo?- Señaló hacia un parque.

Era algo viejo, se veía sucio y abandonado, pero tenía algo.
Una red de volleyball.

-Claro. Pero soy un setter muy cruel, ¿Puedes lidiar con eso?- Le dijo jugetonamente.
-¿Crees que no puedo soportarte?- Le respondió del mismo modo. La cara de Kageyama se puso roja de pronto.

-Y-yo no dije eso...- Respondió avergonzado. Shoyo respondió con una risotada.

Tobio recordó.

Hinata Shoyo.

Ese era el nombre del chico de las nacionales, el que vió en la tele cuando era adolescente.

¿El detonante? Verlo de nuevo, saltando tan alto que parecía tocar el cielo, corriendo tan rápido para rematar el balón de Tobio.

-... Hinata...- El Omega volteó a verlo.
-¿Sí?-
La mirada del mayor le movió todo. Cayó una gota de agua, y luego otra.

Y pronto ambos se vieron rodeados por una lluvia suave.

-A-ah...- Continuó el azabache.
-Está lloviendo.- Afirmó el pelirrojo.
-Sí... Aún no estamos cerca de tu casa.- Dijo seriamente el azabache, evitando la mirada del Omega.
-No importa si llego más tarde... O incluso si no llego hoy. Es el fin de semana de Tsumu con Sagi.- Le dijo con una sonrisa.
-Ya veo...-

Se acercó a pasos cortos al Omega.

-... Mi casa está cerca...- Le susurró, Shoyo se ruborizó y miró al menor.
-¿Me estás invitando a pasar la noche?- Y de pronto, la cara de Kageyama volvió a explotar en rojo.

Usagi no había hablado con Atsumu toda la tarde. Estuvo evitando cualquier contacto con su padre. Miya realmente intentaba, pero le costaba encontrar un punto en común con su hijo.

El infante yacía sentado en la sala, dibujando en su cuaderno, el mayor solo pudo asomarse a apreciar el dibujo.

Era Shoyo. Una sonrisa se asomó en sus labios, antes de acariciar su cabellera castaña.

-Que bonito dibujas, Sagi.- Le sonrió. El menor apretó fuertemente el color entre sus manos y levantó la cabeza.
-Gracias, papá.- Dirigió la mirada al dibujo y una torpe sonrisa se hizo presente.

-Gracias por prestarme tu baño.- Exclamó Shoyo con una toalla sobre los hombros. El Alfa estaba en la cocina, preparando la cena para ambos.
-Claro. Tu ropa sigue en la secadora.- Le dirigió una sonrisa. Shoyo la correspondió.

-Ah. Está lloviendo mucho.- Dijo el Omega mirando la ventana, a la par que se sentaba en la mesa.
-Mhm. Dicen las noticias que va a llover todo el fin.- Le dirigió, sin despegar la vista de la estufa.
-Hm. A Usagi no le gusta la lluvia.-
-Como a la mayoría de los niños, supongo yo.-
-A mí me gustaba la lluvia cuando era un niño. Me gustaba mojarme.- El azabache sonrió.
-A mí también...-

Una vez se sentaron a cenar, el Alfa miraba las manos del Omega. Sí, era obvio si lo veías lo suficiente. Sus manos eran las de in rematador.

-¿Jugabas Volley?- Dijo.
-Sí.-
-Eres bueno.-
-Ya sé, muchas gracias.- Respondió con una sonrisa.
-¿Por qué lo dejaste...?-
-No lo dejé. Aún juego en mi tiempo libre.-
-Podrías haber sido profesional.-
-Podría. Quería, de hecho.- Suspiró, dirigió la mirada a la ventana.

-Pero no es fácil ser papá, ¿Sabes?-
-Supongo...- Ambos miraban la lluvia caer.

-Hey, ¿Puedo dormir aquí? Mi ropa no está seca aún.-
-¡S-sí, claro!- Respondió avergonzado.

-P-puedes dormir en mi cama, yo dormiré en el sofá.-
-¡No! ¡No puedo hacerte eso! Yo dormiré en el sofá.-
-¡Pero eres un invitado!-
-¡Pero no es justo para tí!-

La discusión continuó unos minutos, hasta que a Tobio se le ocurrió uns solución.

-¡Tengo dos futones! Podemos ponerlos y dormir en uno cada uno, así es justo para ambos.- Afirmó el menor, Shoyo soltó una risa al respecto.
-Que creativo, está bien.- Le sonrió.

Tobio correspondió la sonrisa torpemente.

No manchen reescribí este cap como mil veces porque nomás no me convencía.