Kageyama Tobio solo vió a ese precioso Omega pelirrojo una vez en televisión.
Jamás supo que fue de él después de su fracaso a nivel nacional en el Volley.
Años después, con un Tobio de 24 años profesional, encuentra al precioso Omega saliendo de s...
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Hinata se tenía que ir a su propia casa. No queriendo hacerlo, pero debiendo de, pues Usagi volvía a casa esa tarde. En una o dos horas.
-Te llevo a tu casa.- Dijo Tobio, con media sonrisa sobre sus labios. -No te preocupes.- Le correspondió la misma. El azabache lo miró fijamente, antes de una idea cruzar por su mente.
-Me debes una pijamada.- Shoyo tardó unos segundos en procesar antes de reír suavemente. -Pero hoy Usagi vuelve a casa. No puedo quedarme aquí.- -Entonces que sea en tu casa.- Declaró con una sonrisa.
-¿En mi casa?- -Sí. Antes de que vuelva Usagi, compramos todo lo que digas que necesitamos. Incluso puede quedarse con nosotros.- Shoyo pensó unos segundos. Era viernes.
-Supongo que está bien.- Sonrió.
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Shoyo caminaba al lado de Tobio. Con sus manos entrelazadas. El Alfa azabache escuchaba cada cosa que salían de los bonitos labios de Hinata.
Se puso a pensar... ¿Por qué no se habían conocido antes? ¿Por qué incluso estando tan cerca el uno del otro nunca se habían notado?
Pasó sus dedos suavemente en la mano de Shoyo, quien solo se ruborizó sutilmente antes de esbozar una preciosa sonrisa.
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-¿Puedo usar tu baño?- Preguntó el menor, mientras ambos terminaban de preparar todo para su pijamada.
Kageyama quería al menos darse un baño.
-Mhm. Adentro hay toallas limpias.- Sonrió. -Gracias.- Dijo acariciando su cabello sutilmente.
Tobio desapareció sigilosamente por el pasillo, entrando al baño. Shoyo siguió haciendo lo suyo, mientras una torpe sonrisa se apoderaba de sus labios.
Miró su teléfono. Ya eran las cinco y media.
En poco tiempo llegaría Usagi, así que dejó lo que hacía en la sala, para poder ir a hacer la cena.
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Tocaron el timbre. Kageyama se estaba cambiando en la habitación de Shoyo.
-¡Ya voy!- Exclamó el pelirrojo antes de apagar la estufa. Al abrir la puerta se encontró con Usagi, más callado de lo que de por sí era y con sus ojos un poco hinchados.
El menor se acercó a sus piernas y lo abrazó de maner sutil. -¿Qué pasó?- Preguntó dulcemente, acariciando el pelo del menor. -Una jirafa...- Susurró. Shoyo sonrió suavemente. -¿Una jirafa?- -Mhm.- El Omega lo levantó entre sus brazos.
-¿Dónde viste una jirafa?- Le dijo. -En el acuario...- Shoyo tardó unos segundos. ¿Una jirafa? ¿En un acuario?
Miya sonrió y suspiró, antes de hablar. -Vendían peluches de jirafa.- -¿En un acuario?- Preguntó el pelirrojo. Atsumu levantó los hombros. Antes de darle la mochila del infante.
-Gracias, Tsumu.- Sonrió Shoyo. El Alfa no pudo evitar corresponder la sonrisa. -Shō... ¿Te gustaría... Ya sabes... Salir a algún lado... Después?- Dijo, esperanzado. El Omega frunció el ceño confundido.
-¿No...? Gracias, pero no.- Continuó. Antes de dar un paso hacia atrás y cerrar la puerta. Miya se quedó ahí. Mirando la puerta. Pensando.
Mientras que, dentro del departamento, Hinata bajó a Usagi al suelo. -No te sientas mal, corazón. Ve a ponerte ropa cómoda, para poder cenar...- Dijo, hincandose a la altura del menor. -Mhm...- Susurró el infante. -... Kageyama y yo preparamos algo para esta noche, ¿Sí? Así que no te pongas muy triste.- Le dijo acariciando sus mejillas, de pronto, la mirada ámbar de Usagi se iluminó.
-¿Tobio-Kun está aquí?- Dijo con una suave sonrisa. Shoyo soltó una leve carcajada. -Sí, pero él también se está cambiando. Apúrate para que puedas saludarlo.- Y de pronto, Usagi salió corriendo a su habitación para ponerse la pijama.
Y se resbaló.
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No mamen llevo solo 1 semana de vuelta a la perra bomba universidad y ya tengo q comprar chingos de cosas.
No estudien diseño gráfico, ta bien caro y bien qlero.
ANYWAYS disculpen mi turbo ausencia, es que este semestre si le kiero hechar ganas lol.
Ya no habrá actualizaciones cada dos días. Ahora serán una vez a la semana, amores, lo chento 😞
Bueno, nos vemos mis corazones de melón, se la lavan.
