Kageyama Tobio solo vió a ese precioso Omega pelirrojo una vez en televisión.
Jamás supo que fue de él después de su fracaso a nivel nacional en el Volley.
Años después, con un Tobio de 24 años profesional, encuentra al precioso Omega saliendo de s...
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Kageyama se acostó en el suelo, con Usagi sobre sus piernas mientras le contaba acerca de porqué las jirafas eran la peor criatura en existir, y porque la mejor criatura del mundo eran los cuervos.
El azabache escuchaba atentamente el raciocinio del menor, y asentía repetidamente para hacerle saber que estaba de acuerdo con sus argumentos.
Shoyo reía ruidosamente ante cada cosa que Usagi decía. Pronto, ambos adultos miraban a Usagi dormir profundamente sobre los futones que habían preparado.
-Lo voy a llevar a su cama.- -¿No las pijamadas tratan de no dormir en tu cama?- -Usagi duerme mal. Patea mucho.- -Tú tampoco duermes bien, si no, ¿Cómo acabaste en mi futón la última vez?- Sonrió burlonamente.
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-Solo... Ya sabes.- Dijo Miya, mientras apoyaba su cabeza sobre la mesa del restaurante en que estaban. -No. No sé, ¿Por qué te molesta tanto que Hinata conozca a otras personas?- Declaró Kiyoomi.
El Alfa rubio básicamente había rogado al azabache que lo acompañara a cenar y escuchara sus penas. Y aunque el Alfa de cabellera rizada se había negado, terminó accediendo ante la mirada de súplica del menor.
-¡Porque-! ¡Porque-! ¡Solo-!- Estampó su cabeza contra la mesa, haciendo que Omi saltara en su lugar. -¿Pensaste que podrían volver en algún punto?- Dijo en respuesta ante las actitudes de Miya.
-Tal vez...- -Hm.- -¿Qué?- -Nada. Solo... Tal vez lo mejor para ambos sea seguir adelante.- Dijo, moviendo el pelo rubio de Atsumu.
El menor levantó la mirada, entrelazándola con la mirada de Sakusa, quien sintió sus mejillas calentarse antes de evitar su mirada.
-¿Omi-Kun?- Dijo antes de enderezarse. -¿Qué?- Dijo sin enganchar plenamente en la conversación. Miya parpadeó unos segundos antes de reír improvisadamente. -No, nada.-
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Kageyama miraba como Hinata buscaba algo que ver en la televisión.
Le gustaba mucho verlo.
-¿Qué quieres ver?- Dijo el pelirrojo. -A tí.- -¿Eh?- -Nada.- Dijo evitando la mirada ambárica de Shoyo.
El mayor solo rió ante la torpeza de Kageyama.
-Entonces escogeré yo.- Dijo mientras buscaba algo que ver. Encontró una película slasher, si bien no eran sus favoritas no le disgustaban.
-Esta.- Dijo antes de acurrucarse cómodamente en Tobio, quien sonrió para sí mismo. -Bien.- Dijo antes de tomar los hombros de Hinata y besar su frente.
Mientras miraban cada escena, Kageyama empezó a acariciar sus hombros, siendo correspondido por un ronroneo del pelirrojo, quien temblaba ante su toque.
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Kageyama despertó al sentir una extraña presión sobre su torso.
Abrió los ojos, encontrando a Shoyo dormido sobre él y a Usagi sentado sobre la espalda del Omega, mirando la tele.
-Hola, Tobio-Kun.- Dijo el infante antes de mirar al azabache. -Hola.- Respondió a medio bostezo.
-Tobio-Kun.- -¿Qué pasa, Usagi?- -¿Me haces mi desayunito?- El azabache rió por lo bajo. -Claro. Solo... Quita a tu papá de encima de mí.- Usagi rió antes de bajar de la espalda del Omega y empujarlo suavemente, hasta que cayó de vuelta en el futón.
Ambos se miraron, antes de empezar a reír y Tobio levantar a Usagi, abrazándolo suavemente. El menor sonrió tímidamente.
Ojalá Tobio-Kun fuera su papá.
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