Kageyama Tobio solo vió a ese precioso Omega pelirrojo una vez en televisión.
Jamás supo que fue de él después de su fracaso a nivel nacional en el Volley.
Años después, con un Tobio de 24 años profesional, encuentra al precioso Omega saliendo de s...
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Hinata Shoyo, dieciocho años. Miya Atsumu, diecinueve años.
Y un bebé de dos meses en el vientre del Omega.
-¿Qué vamos a hacer?- Dijo el teñido. El pelirrojo se estaba preguntando exactamente lo mismo. -No sé... ¿Le digo a mis papás?- -¡No! A-aún no... Ya es muy tarde para... Ya sabes, ¿Abortar?- El pelirrojo volteó los ojos. -¡Sí! Si me hubiera dado cuenta antes, no estaríamos en esta situación, ¿Sabes?- Le dijo, relativamente chocado de su novio.
Llevaban unos dos años juntos, cuando un pequeño desliz dejó el menor en cinta.
-Pues perdón, solo preguntaba.- Le dijo levantando las manos. Shoyo empezó a dar de vueltas por la habitación del Miya rubio.
-Tarde o temprano, mis papás se van a enterar...- Dijo más que nada para sí mismo. -A menos que no te crezca la panza.- -¿Crees que no me va a crecer?- Le dijo, ciertamente esperanzado, pese a saber que era prácticamente improbable que eso pasase. -Uhm... No.- Ambos suspiraron.
-Tengo que decirles... ¡Tenemos que decirles!- Exclamó el pelirrojo. Miya no estaba seguro, pero asintió.
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-¡¿Que estás qué?!- Exclamó la Beta madre de Shoyo. El pelirrojo y Atsumu habían decidido decirle a sus padres hoy, y mientras los Miya estaban en shock total, la mujer pelirroja se levantó de golpe al escuchar las dos palabras que más miedo le dan a la madre de un adolescente.
-Uhm... Embarazado, ma...- Dijo, cubriendo su vientre con las manos. El señor Hinata estaba pálido, Natsu estaba feliz de tener un sobrinito, la señora Hinata estaba roja de coraje, los señores Miya seguían viendo incrédulos a los novios y Osamu se estaba aguantando una carcajada.
-Ay no... ¡Ay, no, no, no! ¡Dios santo, nuestro señor Jesucristo, dame paciencia que si me das fuerza los mato!- Exclamó ella viendo al techo, Tsumu se aguantó una risa. -¿Cuánto tienes? ¿No es muy tarde para... Ya sabes, deshacerte del bebé?- Dijo, cuidando no decir la palabra aborto frente a Natsu. -Mami... T-tengo tres meses, aunque quisiéramos, y-ya no se puede...- Frotó suavemente su vientre. Apenas si notaba el pequeño bulto en su abdomen.
