Kageyama Tobio solo vió a ese precioso Omega pelirrojo una vez en televisión.
Jamás supo que fue de él después de su fracaso a nivel nacional en el Volley.
Años después, con un Tobio de 24 años profesional, encuentra al precioso Omega saliendo de s...
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Desde el incidente del aroma, Shoyo evitaba a Atsumu.
Si iba a dejar a Usagi a la agencia, se despedía de él a la distancia, si Atsumu iba a buscarlo a su departamento, se despedía desde el lado opuesto al pasillo.
Miya sentía que Hinata estaba siendo injusto con él.
-¿Por?- Preguntó Osamu, mientras terminaba de cerrar su tienda. -Porque... Porque sí y ya.- Le dijo bufando en respuesta a su mellizo. El Alfa mayor volteó los ojos.
El menor no lo sabia, pero Osamu y Sakusa se habían acercado bastante desde que se conocieron, y rápidamente se percató de los sentimientos que el Alfa rizado sentía por el tonto Atsumu.
Lo que nunca entendería, era porqué no podía soltar a Hinata. Para este punto, ya tenían más tiempo divorciados que el que estuvieron juntos.
-Hinata es un Omega bonito, ¿Pensaste que iba a estar soltero toda su vida después de tí?- Le dijo, recargando una de sus manos sobre la barra y poniendo la otra en su cadera. -Uno, no digas que es bonito, solo yo puedo decirle bonito, ¿Okay?- Le dijo con el ceño fruncido. Osamu puso los ojos en blanco.
Así había sido su hermano toda la vida con lo suyo. Un celoso. Y con Hinata era igual.
-Ajá.-Le respondió. -Y número dos... ¡No! ¡Claro que no! Yo mejor que nadie sé lo maravilloso que es Sho, pero igual... Sigue... Molestándome.- Le dijo recargándose completamente sobre la mesa en que estaba. Su hermano hizo un extendido sonido de pensar.
-Bueno, él siguió adelante, ¿No? Tiene a alguien, tal vez sea tu turno de hacer lo mismo.- Dijo antes de levantarse para seguir con sus deberes. -Ajá, ¿Y de dónde lo saco?- Osamu lo volteó a ver incrédulo.
¿Tan estúpido era?
-Estoy seguro que está más cerca de lo que crees.- Le dijo antes de voltearse de nuevo.
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Usagi se enfermó.
Era un niño muy sano casi siempre, es decir, era hijo de Miya Atsumu y Hinata Shoyo, dos bestias que casi nunca se han enfermado en sus vidas.
