Kageyama Tobio solo vió a ese precioso Omega pelirrojo una vez en televisión.
Jamás supo que fue de él después de su fracaso a nivel nacional en el Volley.
Años después, con un Tobio de 24 años profesional, encuentra al precioso Omega saliendo de s...
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Atsumu llegó a la casa de los Hinata. Esa tarde tenía que pasarla con Usagi, aunque fuese el celo del pelirrojo.
-¿Sí?- Preguntó Natsu al abrir la puerta. -Soy yo, Natsu. Vengo por Sagi.- Le dijo el mayor, la preadolescente volteó los ojos.
Antes le agradaba Atsumu, pues hacía feliz a su hermano, pero cuando se divorciaron y todo eso, dejó de tenerle el cariño que antes le tenía.
-¡Sagi! ¡Vino tu papá!- Lo llamó. Se escucharon los gritos y berrinches del castaño desde dentro de la casa. -No me quiere mucho, ¿Verdad?- -No me digas que no lo sabías.- Le dijo ella a modo de burla. -No, lo sé. Siempre lo he sabido, pero prefiero finjir que no lo sé.- -¿Por?- El teñido solo levantó los hombros.
-Supongo que no quiero hacerlo sentir mal. Ya sabes, no está obligado a querer a todo mundo.- Dijo mirando sus manos. -Hm. Supongo.- Ambos permanecieron en silencio ahí.
-¿Cómo ha estado tu hermano?- -Bien. Puedes preguntarle a él, ¿Sabes?- Le dijo con una expresión seria. -Me responde siempre “bien” y no me dice nada más. No engancha conversación conmigo.- -Bueno, yo tampoco quisiera hablar mucho con mi ex esposo, si fuera él.- Le dijo en respuesta. Miya rió por lo bajo.
-Sí, supongo que no muchos hacen eso.- Volvieron a envolverse en silencio. -Hm... Usagi dice que mi hermano está saliendo con alguien más.- Dijo ella sin verlo a la cara. -¿Eh?- -Ajá. Dice que no son novios, pero salen.- -¿Como amigos?- -No sabría decirte si como amigos.- Le dijo ella.
Lo hacía a drede. Solo le decía lo que sabía, omitiendo algunas partes para mantener al rubio en incertidumbre. Además, si Kageyama resultaba si ser la próxima conquista de su lindo hermano, no quería meter en problemas a su jugador favorito.
Pronto llegó el niño, con la cara roja por haber gritado. -Hola, papá...- Susurró, mirando hacia abajo. -Ah...- Susurró el rubio medio apagado. Confundido, procesando lo que acababa de escuchar.
-¿Papá?- -¡Ah! ¡Hola, Unagi!- -Es Usagi, papá.-
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El celo de Hinata se pasó rápido, pero fue indudablemente doloroso, más que sus celos anteriores.
Una vez pensaba claramente y no soltaba feromonas por todos lados, se puso a hacer todo lo que había pospuesto. Como terminar sus trabajos escolares y... Lavar la sudadera del azabache.
Quería devolverla limpia, como la había recibido, y no rociada de sus feromonas.
Pronto terminó de hacer la mayoría. -¡Quiero salir!- Exclamó, chocado de estar encerrado varios días sin hacer nada.
Y como si Kageyama Tobio lo escuchara, le llegó un mensaje del azabache.
Lo invitaba a salir. No decía que harían. Ta vez hacer nada juntos. El pelirrojo sonrió antes de acceder de inmediato al menor.
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