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Kageyama llevaba varios días pensando en Hinata

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Kageyama llevaba varios días pensando en Hinata.
Sobre todo en lo lindo que se veía durmiendo junto a él.

Sonrió para sí mismo, mientras hablaba con Shoyo por Line.

"¿Qué flores te gustan, Hinata?"

"¿Qué flores te gustan, Hinata?"

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"Claveles."

A Hinata le gustaban los claveles. Kageyama pensó que serían las rosas, pues generalmente ha visto rosas frescas en la cocina del pelirrojo. Pero no, le gustaban los claveles.

Cuando tuvo el ramo entre sus manos, sonrió, imaginando el rostro de Hinata al recibir las flores.
Iba caminando, cuando su vista fue atrapada por un libro para colorear de animales.

De pronto, pensó en Usagi y como el infante siempre estaba dibujando y coloreando.
¿Debería? ¡¿Debería?!

 ¿Debería? ¡¿Debería?!

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Lo compró. Y un paquete de colores que vió.

Ahora estaba frente al departamento del pelirrojo. Tocó la puerta, siendo recibido por Usagi.

-¡Tobio-Kun!- Exclamó en cuanto lo vió.
-¡Usagi! ¿No sabes que no debes abrir la puerta a desconocidos?- Dijo agachándose y acariciando su cabellera castaña.
-Perdón...- Dijo tímidamente, el Alfa sonrió.
-Está bien, al menos era yo. ¿Y tu papá?- Dijo el azabache.
-En la cocina.- Dijo, antes de dirigirse donde Shoyo.

El Omega estaba frente a la estufa, concentrado en lo que sea que estaba preparando. Apenas entró a la cocina, el olor de las feromonas del Omega lo golpearon, estaban más fuertes que la última vez.

-H-Hinata...- Lo llamó. El Omega saltó en su lugar, antes de darse la vuelta y ver Kageyama ahí, de pie.
-¡Kageyama ¿Cómo entraste?!- Exclamó.
-Yo le abrí.- Dijo Usagi, saliendo detrás de las piernas del azabache.

-Uhm... T-te traje unos... Claveles.- Dijo avergonzado, antes de entregar el ramo al pelirrojo.
Shoyo miró el ramo y sintió sus mejillas calentarse, antes de sonreír tímidamente.
-¡Gracias, Kageyama!- Respondió mientras recibía el ramo entre sus manos. El Alfa sonrió, mientras veía como Hinata olía las flores.

-Voy a ponerlas en agua...- Dijo para sí mismo, antes apresurarse a la cocina y empezar a llenar un jarrón con agua.
-¡Ah! También traje algo para tí, Usagi.- Dijo el azabache, el infante sonrió antes de empezar a saltar en su lugar.

Y se resbaló.

Kageyama estaba sentado en la sala, ayudando a Usagi a colorear

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Kageyama estaba sentado en la sala, ayudando a Usagi a colorear.

Y Hinata los veía desde la mesa mientras se mordía el labio inferior. Tobio reía a veces por los comentarios de Usagi, y el Omega solo podía sonrojarse por lo bien que sonaba su risa. Como si fuera terciopelo.

De pronto dirigió su mirada a la sudadera del Alfa, la había dejado colgada sobre una silla del comedor. La tomó y la olió, sintió sus piernas temblar.

"Oh dios. Oh dios, oh dios, oh dios."

Pensó. Miro a Kageyama. El Alfa estaba muy concentrado en dibujar con Usagi.

Una parte de él le pedía llevarse la sudadera y usarla para su nido.
Y otra parte de él le recordaba que no debía hacer eso.

-¡Papi, mira!- Dijo Usagi llamando al pelirrojo y haciendo que, asimismo, Tobio lo viera.

Y lo vió, abrazando y oliendo su sudadera.

Hinata se apresuró a soltarla y dejarla nuevamente en la silla. Antes de caminar a pasos agigantados a la sala.

-¿S-sí? ¿Q-qué pasa, Sagi?- Dijo tímidamente. Kageyama soltó una risa suave, mientras sentía sus mejillas sonrojarse.

-Te ví.- Canturreó Tobio. Hinata agachó la cabeza, apenado y completamente sonrojado.

Una vez terminaron de cenar, Usagi insistió en ver la televisión un rato, y Shoyo era muy débil ante los brillantes ojos de su hijo

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Una vez terminaron de cenar, Usagi insistió en ver la televisión un rato, y Shoyo era muy débil ante los brillantes ojos de su hijo.

Kageyama estaba sentado en el sofá, viendo al castaño ver Bluey alegremente.

Pronto Shoyo se acercó a Kageyama y se sentó a su lado.

-H-hola...- Susurró el pelirrojo. Le daba vergüenza verlo después de haber sido atrapado.
-Hola...- Correspondió. Hinata levantó la cabeza con vergüenza, antes de recargarse en su torso. Kageyama sentía que iba a vomitar su corazón en cualquier momento.

-Mm... ¿Puedes... Abraz-zarme...?- Pidió tímidamente el Omega. Kageyama se sonrojó antes de asentir y posar su mano sobre su cintura. Hinata sonrió, antes de empezar a frotar su cabeza contra el pecho de Tobio.

Kageyama sonrió y, picado por el ambiente, se inclinó y dejó un beso sobre su frente.

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Single Dad! {KageHina Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora