Cap 15-''Reunión de emergencia''

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<27 de marzo de 2019>

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Número Ocho voló por las escaleras rumbo a la enfermería como si su vida dependiera de ello. Al acercarse a la puerta, bajó sus revoluciones y entró suavemente sin intención de molestar a Número Dos.

Entonces, lo vio acostado en la camilla durmiendo tranquilamente, su rostro usualmente tenso y atento a su entorno por fin rebosaba de tranquilidad, la tranquilidad de quien duerme sin ser consciente de los peligros del mundo que sigue girando a su alrededor.

Ocho suspiró aliviada, se acercó con cuidado y se sentó a su lado en silencio. Admiró sus facciones duras, su barba apenas crecida y sus pestañas espesas y negras. Jayden lo miraba con cierta pena, ha sabiendas de que el mundo probablemente acabaría pronto, se maldecía internamente por no haber tomado las declaraciones de Número Cinco tan en serio.

Tras unos minutos, el latino abrió los ojos lentamente acostumbrándose a la luz. Al abrir por completo los ojos, vio a quién horas atrás había dado por muerta. Enseguida trató de enderezarse en la cama. -Oye, oye despacio, con cuidado-dijo Jayden sosteniéndolo para que no se moviera mucho al ver su mueca de dolor.

-C-cómo e-es...-trataba de hilar una oración, pero el nerviosismo le pasó una mala jugada y su tartamudez se manifestó, la mirada de Jayden se suavizó comprensiva.

-Respira, visualiza la palabra en tu mente-lo tranquilizó, acariciando el lomo de su mano, evocando las palabras que Grace solía decirle.

El rostro de Diego comenzó a reflejar la confusión de manera palpable. Sus ojos, abiertos en un parpadeo constante, brillaban con una mezcla de sorpresa y duda. Sus cejas se alzaban en un arco inquieto, formando arrugas transversales en su frente, como si tratara de desentrañar un enigma que no encajaba en su realidad. Su boca se mantenía en una línea recta y temblorosa, sin lograr decidirse entre una expresión de incredulidad y un gesto de desolación. Ocho no sabía que decir.

-¿Estás bien Diego?¿Qué tienes?-Jayden empezó a revisar su herida.

Tras la pregunta, el desconcierto en el rostro de Diego se transformó en angustia. Los ojos del moreno, antes llenos de incertidumbre, se habían vuelto vidriosos, y las lágrimas comenzaron a acumularse en el borde de sus párpados. Sus labios se abrieron ligeramente en un gesto de angustia, sus labios temblando como si intentaran reprimir un grito de dolor.

Finalmente, el rostro de Número Dos estalló en un llanto incontrolable. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, dejando rastros húmedos que reflejaban la luz de manera triste. Sus ojos, hinchados y enrojecidos, se llenaron completamente de lágrimas que caían sin cesar. La boca se abrió en un sollozo tembloroso, y los labios, ahora completamente deshechos por la emoción, apenas podían formar palabras coherentes. Su frente, aún marcada por las arrugas de angustia, parecía estar en un estado de tormenta emocional. Cada facción de su rostro hablaba de un sufrimiento profundo, un lamento silencioso que se manifestaba en cada lágrima y en cada gesto de dolor que Diego no podía contener.

T1 Loving any of us is a death sentence, isn't It?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora