<26 de marzo del 2019>
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Allison fue la encargada de reunir a los Hargreeves para despedir a Número Ocho, pero su misión se desvió cuando las sospechas sobre Leonard Pibody crecieron, pues lo había encontrado husmeando en casa de Vanya, así que decidió hablar y prevenir a su séptima hermana. No quería defraudar a Missfortune, pero permitir que ese extraño hombre hiriera a Número Siete, sería algo que Jayden no abalaría, así que se centró en intentar proteger a Vanya, quien aún seguía con vida, de todas formas, Pogo cuidaría bien el cuerpo de Ocho.
Mientras tanto, en una biblioteca de la ciudad...
-¿Cinco?-el grandulón de la familia se acercó dudoso a un inestable, descuidado y dormido Número Cinco, quién estaba despatarrado contra una columna, con cientos de cuadernos a su alrededor, abrazado a la mitad superior de un maniquí. Las paredes de la biblioteca que estaban cerca del desalineado joven, estaban completamente rayadas con números y ecuaciones por doquier. Luther lo barrió con la mirada y notó de dónde provenía el fuerte olor a alcohol, Cinco sostenía una botella vacía de whiskey.
-¿Estás borracho...?-quiso confirmar el rubio, ni bien completó su oración, el azabache vomitó todo lo que había estado bebiendo, Luther saltó hacía atrás por inercia, evitando ser contaminado por la bilis de su desastroso hermano arrojó sobre el reluciente suelo de la biblioteca pública en la que se encontraban. En efecto, estaba completamente borracho. Con gesto asqueado y a regañadientes, Luther cargó al joven como un bebé, éste no abrió los ojos, pero tampoco soltó a la mitad de maniquí al que estaba aferrado. El líder de la familia salió con su hermano a cargas, lo más rápido que pudo, para evitar ser retenidos por la seguridad de la institución.
-No podemos volver a casa, hay unos psicópatas persiguiéndonos. Nos atacaron mientras tu te embriagabas ¿Lo sabes?-le hablaba Luther asumiendo el rol de padre decepcionando de su preadolescente rebelde, no obtuvo respuesta, solo unos gruñidos y murmullos incomprensibles.
-Iremos a la casa de Diego, no te buscarán allí-informó dirigiéndose al viejo gimnasio.
-Si me vomitas encima-amenazó Número Uno al ver el rostro mareado del ''niño', quién se removía en sus brazos incomodo, luchando por mantener los ojos abiertos, ese whiskey escocés había pegado duro.
-¿Sabes que es gracioso? Estoy en la pubertad, puff, otra vez-dijo mirando a la nada, riendo ante su propio comentario. -¿Eres un nuevo Klaus ahora?- preguntó Número Uno con ironía, Cinco soltó una especie de risa.
-Me tomé hasta la última gota, eso es lo que haces cuando el mundo que amas se va al diablo, puf, adiós-explicó haciendo gestos, mientras abrazaba el cuello de quién lo cargaba.
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T1 Loving any of us is a death sentence, isn't It?
FanfictionPudieron haber sido el mejor equipo que el mundo hubiera visto jamás, pero los superhéroes en la vida real son más disfuncionales de lo que uno esperaría... Tras la muerte de su padre adoptivo, se reúnen y terminan teniendo un objetivo común: salvar...