Pudieron haber sido el mejor equipo que el mundo hubiera visto jamás, pero los superhéroes en la vida real son más disfuncionales de lo que uno esperaría...
Tras la muerte de su padre adoptivo, se reúnen y terminan teniendo un objetivo común: salvar...
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***
No tardo mucho para que Diego y Allison siguieran los pasos de Patch. A ritmo acelerado llegaron al motel, subieron hasta el cuarto y entonces lo vieron. Diego vio la escena de terror más horrible de su vida. Patch se giró al ver al moreno en la puerta, el latino la miró en busca de un ''aún está viva'', pero los ojos vidriosos de la mujer confirmaron sus tristes sospechas. La de cabello oscuro le dio lugar a Número Dos para acercarse a ella.
—No, no, no— abrazó el cuerpo sin vida de la rubia, pegándolo a su pecho, desbordado de lágrimas, queriendo sentir el ausente latido de su corazón. —Vamos Jay, Jay despierta, no es gracioso— sollozó sosteniendo su rostro, como si ella le estuviera haciendo una broma pesada, pero era inútil, sus párpados no sé abrían.
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Diego sentía una estaca en el corazón al tenerla tan cerca, sabiendo que ella no lo volvería a escuchar nunca. Sintió un instante el dolor crudo, en ese instante ya la anhelaba, pasó de todo a nada en cuestión de segundos, era incomparable el dolor de ver con sus propios ojos como se derrumba su mundo.
Allison tapó su boca conmocionada sintiendo la presión en sus ojos indicándole que el llanto no tardaría en llegar.
—P-por f-favor—suplicaba el moreno completamente roto aferrándose a ella, lo que hirió aún más a Número Tres que se largó a llorar. La detective se levantó y le dedicó una mirada comprensiva a la morena, quién se encontraba en shock ante la tétrica escena, no recordaba sentir algo así desde la muerte de Ben... La culpa la invadió, Jayden estuvo herida e imposibilitada de pelear por el disparo que recibió por defenderla a ella, la morena se arrodilló llorando en silencio, incapaz de creerlo.
Diego se maldecía una y otra vez por haberle dicho que se separaran, debió haberse quedado con ella. Él pudo haberla protegido, pero no lo hizo y ahora estaba muerta. La angustia se mezcló con impotencia y rabia.
—¿Cómo fue?—interrogó con hostilidad el moreno.
—Ella me salvó, se sacrificó en mi lugar— dijo Eudora respetuosamente. Diego se quebró aún más... lo hizo por él, Patch era su amiga, no la de ella, era a él a quien le importaba su seguridad, y Jayden lo sabía. Las lágrimas no dejaban de brotar como un río. Sentía una presión en su corazón que jamás había experimentado, como si le arrancaran una parte de él.
