16. Kimberly

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Cuando llegué a mi casa, hablé con mi mamá. Ella estaba ansiosa esperándome. Ya tenía idea de qué había pasado, pero quería la historia.

La incógnita sobre que tal la conversación de Reese y mi padre podía conmigo, así que me fui a su casa. Al llegar me recibió una mujer, que se dice nombrar Victoria. Algo en ella no me gusta y espero que esta alerta de mí sean solo celos. Le pregunté por Lia y me dijo que estaba en clases, lo hice por Reese y me dijo que no había llegado. Le aseguré que estaría en el exterior esperando a que uno de los dos estuviese disponible.

A los minutos escucho pasos fuertes en la casa. Me acerco de nuevo a la puerta trasera pero no lo veo. Teniendo claro que lo esperaría mejor en su cuarto, me encamino hacia él.

Jamás imaginé ver, lo que vi. Victoria acabada de salir de la ducha y Reese desnudo. Una situación que hasta el más confiado estuviese dudando.

Después de salir de casa de Reese, rompí en llanto como ni siquiera logré hacerlo con Justin.

Lloraba porque el pasado me martillaba la cabeza y no me dejaba pensar con claridad. Lloraba porque todo dentro de mí también se negaba a asumir que él fuese así. Lloraba porque me estaba acumulando de la impotencia.

Me limpié las lágrimas y conduje hasta casa de mi madrina. Había hablado con mamá en la mañana, Reese con mi padre, no desataría un lío a pocas horas, no cuando después llegará una conversación entre él y yo.

Le pedí a mi madrina ir de compras o salir, pero, la vi realmente estresada con el trabajo. Allison llegaba con mi tío Enzo y repetía una y otra vez su deseo de ir a una fiesta de cumpleaños. Me brindé a llevarla, porque yo necesitaba ocupar este tiempo en algo y no volverme loca. Pensaba mucho y la solución no llegaba. Tal vez, solo tenía que despejar mi mente y todo se acomodaría.

El cumpleaños no sé si fue una mala idea o no, pero, el ver a Reese ahí fue como llevar una soga a casa del ahorcado. Me puso nerviosa mirarlo y verlo tan guapo.

Acompañé a Allison con los demás niños y me encontré frente a frente a Lia. Ella nos sonrió y pasó a abrazar a Allison. Se me quedó mirando luego, sin mover apéndice y me puse nerviosa. Mi primera reacción fue mirar a Reese como si el tuviese respuesta a esto. Le dije «Hola peque» y terminó abriendo sus brazos.

«Eres la novia de papá» comentó a mi oído y miré nuevamente a Reese mientras Lia sonreía.

«Te quiero mucho peque. Sea o no, la novia de papá»

Ella asiente y vuelve con Allison a los juegos. Intenté entretenerme en sus actividades, pero la voz de Chad a mi oído me hizo dar un respingo. Había traído a su hermano menor.

Me invitó a un banco y acepté. Quería poner de los nervios a Reese, debo admitir todo lo que deba ser admitido.

Chad se valía de su capacidad de seducir para hacerme caer y yo le dejaba creer que me estaba llevando a sus manos.

El movimiento de Reese, incluso sus palabras me dejaron sin aliento y volvieron aún más mis pensamientos un lío.

El día daba para más, lo comprobé cuando también la madre de la cumpleañera besó su mejilla. Al parecer ahora que lo tengo yo, se le antojó el caramelo a todas.

Me fui a casa, cuando pude convencer a Allison de irnos y a Chad le dije solo un «nos vemos después».

Reese me volvió a llamar. No podía responderle aún, no tenía las ideas claras. Mi mente seguía volviéndome esclava de lo que hizo Justin, de lo que vi hoy y la confianza en mí misma, la seguridad se estaba yendo al traste.

No sé si todas las mujeres, pasan por un momento de inseguridad; pero yo, siendo la chica dotada de muchas bendiciones las estaba teniendo. Mi mente me estaba debilitado con su forma de ver las cosas y aunque yo intentaba luchar contra ella, me estaba ganando.

Siénteme [Primera parte de la Trilogía Irresistible]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora