25. Reese

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A los cinco minutos de Kimberly haberse marchado, tocan la puerta. Camino hacia ella creyendo que ha regresado.

—Hola ex-esposo —comenta Janeth en la puerta.

— ¿Qué cojones haces aquí? —pregunto aún en la puerta.

—He regresado —dice y sonríe.

—Te piensas que esto es un puto juego. Qué lo abandonas y vuelves a retomar la partida por dónde la dejaste —expongo y aunque intento estar en calma, no lo logro. Después de tantos años no vendrá a hacerse pasar por la madre perfecta que reclama a su hija.

—Tengo mi derecho como madre de Lia —responde intentando pasar pero no me muevo de la puerta.

— ¿Derecho? ¿Qué putos derechos va a mencionar una mujer que dejó a su hija? ¿Qué tal que yo no hubiese cuidado de Lia? ¿La hubiese dejado sola o no le prestase atención?

—Elegí bien a su padre. Sabía que la cuidarías mejor que yo —responde.

—Entonces, ¿Qué mierda buscas ahora? —interrogo.

—Quiero acercarme a mi hija. Ya viaje, conocí, disfruté; es momento de dedicarle a mi hija —responde.

—Fui yo quién no elegí bien la madre para mi primer hijo. Qué suerte Janeth que no tenemos más.

—Eso no lo sabes esposo. ¿Crees que la chiquilla esa te dará hijos? Eres mayor que ella, te dejará por otro de su edad —comenta.

— ¿Qué sabes de ella? —cuestiono.

—Lo sé todo, porque yo cariño, ya estuve aquí. Un gusto, señorita Parker —expone y extiende su mano.

Increíble, Janeth pasó como alguien a esta casa y no la reconocí. No había ningún rasgo de Victoria que asocié con ella.

—Me convences todavía menos —contesto dejándola con la mano extendida—. Victoria no vino por Lia, vino para bañarse en mi baño e intentar acostarse en mi cama.

—No te miento, quiero todo lo que es mío —contesta.

Me río sin contención.

—No tienes nada. Ese lugar que dices que te pertenece es de alguien más.

—Mi papel como madre, no lo suplanta nadie y como mujer tampoco, esa es una inexperta chiquilla.

—El lugar como madre se gana y tú no te lo has ganado. Alguien más le ha dado a Lia, todo lo que ella hubiese esperado de ti. Cómo mujer Janeth, lo perdiste hace tanto, creo que justo en el momento que saliste por esta puerta.

—Deja de estar a la defensiva Reese, que he venido a hablar, no ha discutir —apunta.

—Deja de decir estupideces. Estás explicando tu aparición de una forma bastante absurda.

—Me gustaría comenzar a visitar a Lia. Tu seguirás con la custodia, pero yo, quisiera verla algunos días y si me lo permites llevarla a comer —informa.

—Le comentaré la situación a Lia y si ella así lo desea, tendrás la oportunidad de verla —comento.

—Me alegra mucho que aceptes Reese porque la verdad soy capaz de llevar esto a tribunales...

—Escúchame Janeth —demando tomándola del brazo—. He criado, cuidado, educado a Lia. La que deberías sentir los tribunales como una amenaza eres tú. Si Lia acepta que te acerques, es tu oportunidad de ser la madre que jamás fuiste, cumplir el papel ese que dices que nadie puede suplantar y que te quedó brutalmente grande. Limítate a ello, Janeth, cuando vuelvas a tomarte atribuciones, volveré a echarte aquí. Iré a hablar con mi hija —concluyo y cierro la puerta en su cara.

Siénteme [Primera parte de la Trilogía Irresistible]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora