— Nos vamos a casar — solté la bomba.
Mamá le lanzó a papá una mirada de asombro.
— ¿No crees que vas un poco rápido, hija? ¡Todavía no te hemos quitado los pañales! Y además, él es bastante mayor que tú... No creo que sea la mejor idea casarse ahora mismo. Deberían pensarlo bien antes de tomar una decisión tan importante. —dijo papá con tono jocoso y serio.
— Por favor, si conociste a mamá a los 18 años y se casaron dos años después, no veo la diferencia —le contesté a papá con un toque de desafío.
— No hay punto de comparación, hija. En nuestra época, tanto tu mamá como yo éramos mucho más responsables y maduros que los jóvenes de hoy en día. Ambas familias apoyaban completamente nuestra unión, y además, te confieso algo: amé a tu madre desde el primer instante en que la vi — me dice serio
Mamá dirigió una mirada a papá que me conmovió profundamente. En sus ojos brillaba una mezcla de adoración y devoción, y la línea de su boca se curvaba en una dulce sonrisa de satisfacción. Su rostro irradiaba un afecto infinito que me llenó de calidez. En ese instante, una pregunta se apoderó de mi mente: ¿me miraría Bratt así algún día, con esa misma intensidad y amor incondicional a través de los años que compartiríamos en matrimonio?
— Esto está fuera de discusión —dijo mamá con tono serio—. No queremos imponerte nada, lo sabes. Estaremos felices con cualquier decisión que tomes mientras seas consciente de lo que haces.
— Solo nos gustaría saber que eso es precisamente lo que haces, saber que eres consciente —preguntó papá con voz preocupada.
— Lo soy, ¿acaso no confían en mí? —les pregunté molesta, sintiendo que cuestionaban mi madurez.
— Confiamos en ti —dijeron al unísono, tratando de calmar la situación.
— Pero no confío en el chico, ni en su familia — comentó papá
— Entiendo que estés ilusionada con esta relación, pero recuerda que la diferencia de edad es considerable. Si en algún momento surge la necesidad de firmar algún documento legal, asegúrate de que un abogado de tu confianza esté presente para revisar las cláusulas y proteger tus intereses — me dice en tono serio.
....
Un silencio sepulcral se apoderó de la habitación, cargado de una tensión palpable. Las palabras de su padre habían dejado a la hija pensativa y algo desanimada.
— No quiero sonar aguafiestas, pero me preocupa tu futuro y quiero que estés segura en todo momento. No dudes en hablar conmigo si tienes alguna duda o inquietud — me lo dice seriamente.
....
No se dijo nada más. Esa fue toda la respuesta que dio papá. La mirada severa de papá y la profunda línea de preocupación que surcaba su frente eran un libro abierto para mí. Su intuición, curtida por años de experiencia y sabiduría, le susurraba que algo no encajaba, que Bratt ocultaba un enigma bajo su encanto superficial.
....
Sin embargo, en ese preciso instante, mi orgullo y mi terquedad se erigían como muros infranqueables que me impedían ver la realidad con nitidez. Estaba completamente embriagada por la intensidad de lo que creía sentir por Bratt, y la ilusión de construir un futuro junto a él me cegaba por completo. Las palabras de mi padre, cargadas de preocupación y experiencia, las rechazaba de plano, tildándolas de infundadas y producto de sus prejuicios y su incapacidad de aceptar lo que para mí era un amor verdadero e inquebrantable.
En mi interior se libraba una batalla encarnizada, un feroz combate entre la razón y el corazón. Por un lado, se encontraba el amor incondicional que profesaba por Bratt, una fuerza poderosa que me impulsaba a ignorar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino. Su presencia en mi vida era como un bálsamo, y la sola idea de separarme de él me llenaba de un dolor indescriptible. En mi mente, él era el hombre ideal, mi alma gemela, la persona con la que compartiría el resto de mi vida.
Sin embargo, en el otro extremo de la cuerda, se encontraba la voz de la razón, susurrando palabras de cautela y sensatez. Las palabras de mi padre resonaban en mi mente, recordándome las diferencias de edad que nos separaban, las diferencias en nuestras experiencias de vida y en nuestras aspiraciones para el futuro. Una pequeña semilla de duda comenzaba a germinar en mi interior, cuestionando la solidez de mis cimientos y la viabilidad de nuestros sueños.
Era una lucha sin cuartel, una tormenta emocional que me zarandeaba de un lado a otro. La intensidad de mis sentimientos por Bratt me impedía pensar con claridad, pero la voz de la razón me recordaba que no podía ignorar las señales de alerta que mi intuición me enviaba. Me encontraba atrapada en una encrucijada, sin saber qué camino tomar, dividida entre el amor apasionado y la incertidumbre del futuro.
En medio de este torbellino de emociones, me aferré a la única esperanza que me quedaba: la posibilidad de encontrar un equilibrio entre mi corazón y mi razón. Sabía que no podía negar mis sentimientos por Bratt, pero tampoco podía ignorar las preocupaciones de mi padre. Tenía que encontrar una manera de conciliar ambos mundos, de construir un futuro que fuera fiel a mí misma y a mis sueños, sin perder de vista la realidad y los posibles obstáculos que se interponían en nuestro camino.
Era un desafío titánico, pero estaba dispuesta a afrontarlo con valentía y determinación. Tenía fe en que, con el tiempo y la madurez, lograría encontrar la respuesta correcta, la decisión que me permitiera alcanzar la felicidad sin renunciar a mis sueños ni a mis valores.
.....
Una semilla de duda se sembraba en mi mente, una pregunta que taladraba mi corazón: ¿Y si, solo sí, mi padre tuviera razón?
.....
Las palabras de mi padre aún resonaban en mi mente como un eco persistente: "Van demasiado rápido, Anastasia. Eres aún muy joven". Sin embargo, mi corazón, cegado por la intensidad del amor que sentía por Bratt, se negaba a escucharlas. En ese momento, mi intuición era la única brújula que guiaba mis pasos, convencida de que el amor todo lo podía superar.
Mientras esperábamos frente a las imponentes puertas de roble de la Residencia Lancaster, una ola de nerviosismo me recorrió. El lugar, con su arquitectura solemne, antigua y austera, imponía una atmósfera de respeto y seriedad. El aroma a madera añeja y pulida impregnaba el aire, y un silencio sepulcral reinaba en el entorno, solo roto por el ocasional crujido del suelo bajo nuestros pies.
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El Renacer de un Corazón
Storie d'amoreSinopsis Anastasia Paine, una joven de belleza deslumbrante y ojos verde esmeralda, está a punto de casarse con el hombre de sus sueños, Bratt Lancaster. Sin embargo, su mundo se desmorona cuando descubre que Bratt la ha engañado durante toda su rel...