El mensaje de Arash

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Capítulo IX

Al llegar al puerto atlante, el capitán Quirón de inmediato mandó a un soldado a llevar un mensaje al rey de la presencia de uno de los extraños que llegó hace meses. De pronto, Kurosh despertó y al abrir los ojos vio que no estaba en su barco, se incorporó en un solo movimiento y volteó al rededor, al ver que estaba en presencia de hombres muy altos, supo de inmediato que se encontraba en la Atlántida, por lo que corrió hacia el primer soldado que vió y dijo en tono desesperado en un griego muy burdo -Rey, rey; el soldado mando a su compañero a ir por el capitán Quirón y después de unos minutos, llegaron ambos, el capitán ni nadie ahí se entendía, y no sabían que hacer, hasta que uno de los soldados sugirió que debían darle comida, pues se encontraba en un estado físico bastante preocupante, y escoltarlo al fuerte del puerto a esperar noticias del rey. Y así, descendieron el capitán Quirón y tres soldados más junto con Kurosh y se dirigieron al fuerte a pasar la noche; lo llevaron a una habitación y llevaron a un médico para que lo revisara. Después de la revisión, el médico determinó que su estado de salud no era grave, pero tampoco era el óptimo y finalmente recomendó dejarlo descansar.

Mientras Kurosh dormía solo era cuestión de horas para esperar noticias de la capital con respecto al mensaje que se había enviado, concretamente de dos horas, pues habían usado una ave mensajera. Al concluir ese tiempo, a lo lejos venía el ave descendiendo y cuando al fin estuvo en la mano del capitán, tomo la contestación y su expresión cambió de inmediato al leer lo siguiente: "Estaremos allí lo antes posible, vamos en camino -Rey Atlas" por lo que inmediatamente ordenó realizar los preparativos para recibir al rey y a su comitiva, pues llegarían en aproximadamente cuatro horas si el mensaje fue enviado de regreso hace dos horas, por lo que de inmediato todos los soldados se movilizaron.

Pasadas tres horas y media, toda la comitiva real conformada por el rey, sus generales y almirantes arribaron al fuerte, entrando de inmediato el rey a buscar a Kurosh. Al llegar a la habitación en la que se encontraba, el rey se acercó a la cama de Kurosh y al verlo, lo reconoció, por lo que moviendolo con delicadeza mientras decía en voz baja -Kurosh, Kurosh, despierta; pero no despertaba, por lo que lo sacudió levemente y finalmente despertó un poco exaltado pero al ver al rey, lo abrazó y dijo de manera errática en persa -Ya vienen, vienen para acá, llegarán pronto; el rey Atlas interrumpió y preguntó -quienes vienen? Eskandar y los demás?; -no!, respondió de inmediato Kurosh, y después agregó -Una invasión persa, ya vienen. La mirada del rey cambió y le dijo con preocupación al general Karloto -ordena de inmediato a todos los cuarteles que movilicen a todas las tropas y que tomen posiciones defensivas de inmediato!; después volteó a ver al alto almirante Aithíōn y dijo aún preocupado -tu haz lo mismo, refuercen los fuertes y prepara los navíos y los lanza rocas! -rápido!! Gritó a todos.

Después llevó a Kurosh a la sala de guerra del fuerte y le dijo -dinos todo lo que sepas de esta invasión, por favor; Kurosh se sentó y dijo en tono cohibido -no estoy familiarizado con los detalles, solo sé lo que Arash me dijo; -y qué es lo que te dijo? Preguntó de inmediato el rey. -él me buscó en un lugar llamado Egipto y me contó que el rey persa en persona se dirige hacia acá en éste momento una invasión con treinta mil hombres en trescientos trirremes persas. El rey mandó llamar al almirante Aithíōn y al general Karloto y cuando llegaron, les dijo a ambos -el ataque llegará a lo largo de las costas norte, noreste y este; ambos vieron confundidos al rey y Karloto preguntó -como sabe por dónde llegará el ataque? -Arash está con ellos, son los únicos sitios que conoce para llegar a la Atlántida, así que ya saben que hacer; -Si, majestad!; dijeron al unisono Karloto y Aithíōn mientras se retiraban y dejaban solos al rey y a Kurosh.

Al salir de la sala de guerra, Karloto mandó aves mensajeras a todos los cuarteles un mensaje para mandar treinta mil soldados a lo largo de la costas: norte, noreste y este, dejando únicamente a los soldados de reserva en las ciudades atlantes por si algo salía mal en la línea de defensa mientras el almirante envío tres aves mensajeras a los tres puertos de tales costas ordenando preparar todo navío existente para patrullar las costas atlantes y preparar los lanza rocas de los fuertes.

De vuelta a la sala de guerra, Kurosh le contaba todo lo que Arash le dijo sobre cómo sucedió todo ésto, por lo que al terminar, el rey salió y fue con el almirante Aithíōn para decirle -Tienes que diseñar un plan de rescate; -un plan de rescate, mi señor? Para quién? Preguntó de inmediato Aithíōn confundido; -Debemos rescatar a Arash, gracias a él es que nos podemos preparar; respondió el rey y cuando Aithíōn estaba apunto de agregar algo más, el rey dijo -es una orden; por lo que Aithíōn dijo -entendido, mi señor; y se retiró.

El rey regresó a la sala de guerra dónde se encontraba Kurosh, tomó su armadura y mientras se equipaba, le dijo a Kurosh -rescataremos a Arash, mientras tanto, quiero que le enseñes tu lengua a nuestros hombres, aunque sea lo más básico; Kurosh asintió con la cabeza y después preguntó -a quiénes debo enseñarles?; el rey cuando terminó de armarse, le pidió a Kurosh que salieran del fuerte y gritó a sus generales y almirantes para que se acercaran; al aproximarse todos, el rey agradeció a todos su presencia y dijo -Kurosh les enseñará todo lo que pueda sobre su lengua y ustedes a él sobre la nuestra mientras esperamos la llegada de estos "persas".

Atlántida: Se Alza Un Nuevo Imperio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora