El Destino de Arash: La Ira del Rey

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Capítulo V

Después de separarse de Eskandar, Dariush y Behnam, cambio la mitad de sus provisiones por un camello a un comerciante para poder llegar más pronto a Pars pues sabía que a pie tardaría al menos tres semanas en llegar mientras que en camello ese tiempo se reduciría a la mitad. Después de el intercambio, partió de inmediato y al caer la noche decidió acampar y descansar un poco, pues no podía confiarse de dormir toda la noche para evitar ser robado por bandidos, así que descanso media hora y siguió con su viaje. Así fue diario durante diez días hasta que a lo lejos observo las imponentes construcciones de Pars y el ejercito persa marchar hacia la guerra, por lo que decidió esperar a que se alejaran lo suficiente para poder entrar en la ciudad sin mayores complicaciones, así que esperó que la noche cayera para soltar a su camello y entrar de manera muy sigilosa evadiendo a los guardias de la entrada sur de la ciudad. Había seis guardias, dos de ellos se encontraban durmiendo y cuatro de ellos solo estaban riendo y bebiendo vino, por lo que fue muy sencillo para Arash entrar sin ser visto. Se dirigió a la plaza principal de la ciudad y busco un lugar donde poder dormir.

Al día siguiente, después de tanto tiempo de no dormir bien, Arash durmió tan profundo que las personas pensaban que estaba muerto, así que avisaron a un pelotón que se encontraba vigilando la zona, así que se aproximaron para moverlo y al descubrir su rostro, uno de los soldados lo reconoció, gritando su nombre y agitandolo hasta que despertó, Arash abrió los ojos y lo primero que vio fue a varios soldados que lo rodean, entonces se asustó y los empujo y forcejeó hasta que pudo reconocer a aquel soldado que lo despertó por su nombre, -Aziz? Eres tú? Preguntó Arash; Aziz lo abrazó y le dijo -creí que no volvería a verte cuándo nos arrasó la ira de los dioses griegos en el Mediterráneo y su nave ya no estaba. Lo tomó sobre su hombro y lo llevaron al cuartel.

Al llegar al cuartel, le dieron vino y un pan mientras Aziz le preguntó -cómo es que estás vivo?; Arash respondió -no creerás lo que vivimos, entonces Aziz rápidamente interrumpió -vivimos? Hay más sobrevivientes? A lo que Arash dijo -sólo sobrevivimos cinco, pero solo yo vine a Pars; -entiendo, dijo Aziz en tono pensativo, -cómo sea, cuéntamelo todo, agregó. Entonces Arash le contó la gran travesía que vivieron él, Eskandar, Dariush, Behnam y Kurosh, pero Aziz solo mostró interés en la Atlántida, por lo pidió a Arash que lo acompañara a contarle al rey Jerjes pero Arash de inmediato dijo -eso es imposible, nadie tiene una reunión con el rey Jerjes, nadie sabe cómo es siquiera; entonces Aziz dijo -como lo que me acabas de contar nos recibirá; entonces Arash dijo -pero yo no quiero decirle y tú tampoco deberías decir nada de lo que te he contado, prométeme que no lo harás; entonces Aziz frunció el seño, bajo la cabeza y mientras ponía su mano en el hombro de Arash en tono decepcionado dijo -esta bien, no diré nada. Arash se retiró y no dijeron nada más después de éso.

Arash fue al día siguiente a buscar empleo con alguno de los comerciantes que se encontraban en el mercado de la ciudad cuando llegaron ocho soldados y lo arrestaron, entre ellos venía Aziz, Arash lo ve y pregunta -qué sucede? Por qué me arrestan? Y Aziz no responde, solo lo ignora. Después de haberlo encerrado en una celda durante tres horas llega un guardia y le dice -tienes una reunión con el rey, estás muerto; Lo levantan y lo llevan afuera de las grandes puertas del gran salón de Jerjes. Se abren las puertas y le ordenan que entre, Inmediatamente después de entrar se cerraron, evitando así que cualquier persona pueda ver dentro de la sala.

Al entrar, Arash queda en shock al ver que dentro de esa sala solo había luz de las velas que había dentro y olía demasiado a mirra y copal, apenas y se distinguían las personas que había dentro y todos murmuraban mientras entraba, hasta que una voz bastante profunda y muy grave silenció a toda la sala al decir en voz alta -acércate ante mí; Arash se acercó y vio sentado en un trono de oro a un hombre tan alto que recordó inmediatamente a aquellos atlantes que eran tan altos como el rey Jerjes, de inmediato Arash se inclinó para hacer reverencia y el rey Jerjes solo se limitó a preguntar si tenía algo que decir que debiera saber, Arash solo pudo pensar en que Aziz había dicho aquello que le prometió no decir entonces rápidamente respondió al rey -no majestad, no tengo nada que decir; antes de terminar la frase, el rey lo abofeteo haciendo que saliera volando hacia los súbditos que había alrededor del salón mientras gritaba -no me mientas!, ya se que existe un lugar llamado "Atlántida" y nos vas a guiar a él; Arash al levantarse vio los rostros de aquellos súbditos que había en esa sala un tanto oscura y quedó en shock al ver que eran personas deformes, con rostros grotescos y formas aterradoras; de inmediato se levantó e intentó huir. Jerges se aproximó hacia el y le dijo -no tienes elección; y lo volvió a abofetear, dejándolo inconsciente.

Atlántida: Se Alza Un Nuevo Imperio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora