Capítulo II
Al llegar a Chrysó Limáni el rey entra al fuerte encontrándose con el almirante Aithíōn para pedirle que le muestre a los extraños. Mientras tanto, estos se encontraban en la oficina del almirante que fue donde los acomodaron al ver que no eran hostiles y que no representaban ninguna amenaza, entre tanto, el más joven de ellos junto con el que le seguía en edad, comenzaron a hurgar entre los libros y mapas que se encontraban allí para buscar algo de respuestas, pero no entendían absolutamente nada, así que aquel que hablaba un poco de griego les dijo que le dieran un mapa que encontraron para tratar de traducirlo.
Al llegar el rey y el almirante a la oficina, los extraños se asustaron y tiraron el mapa, el rey suelta una pequeña risa y les dice - Tranquilos, no les haremos daño- en la lengua de ellos por lo que el almirante perplejo volteó a ver al rey y a los extraños que también se quedaron sin palabras y le preguntó -¿Usted puede hablar con ellos?- A lo que el rey le respondió -Algo sé-. Después de asimilar lo que estaba sucediendo, los extraños le preguntaron al rey quienes eran y dónde estaban a lo que respondió de manera calmada y amable -Yo soy el rey Atlas y él es uno de mis mejores almirantes, su nombre es Aithíōn... tranquilos, están en la Atlántida-. El almirante interrumpió y preguntó al rey -¿Cómo es que sabe hablar su lengua?- Y el le respondió -No sé cómo, sólo sé que lo hablo y lo entiendo-.
El rey invitó a los extraños a ir con él a la capital y al mismo tiempo dijo que en el camino respondería todas sus preguntas esperando que también respondan las suyas. De camino a la capital, el más joven le preguntó al rey -¿Qué es la Atlántida?- de inmediato respondió - La Atlántida es mi reino, es nuestro hogar, es todo lo que ven- otro de ellos interrumpió y dijo -¿Pero dónde está?, ¿Qué es?- el rey dijo de vuelta -Eso es difícil de explicar porque no se a que se refieren, la Atlántida es todo lo que ven-. Al ver que a pesar de poder comunicarse, no comprendían del todo lo que decían, el más viejo de ellos, dijo -Nosotros somos persas, venimos de Persia- el rey confundido preguntó -¿Qué es Persia?- los extraños al ver que no sabía nada, respondieron que Persia era lo que para el rey es la Atlántida; respuesta que le dió mucho que pensar por lo que agradeció la pequeña charla, pero decidió dejar la conversación para otro momento, prometiendo terminarla más tarde.
Al entrar a la ciudad, los ahora visitantes provenientes de Persia, quedaron maravillados por las imponentes construcciones hechas con mármol y la majestuosa arquitectura atlante, que aunque similar a la griega, tenía características propias como tonos de azul en cada una de ellas; veían las calles por las que pasaban y veían como el agua, la naturaleza y los atlantes estaban en perfecta armonía; pero al ver el palacio atlante, se miraron entre ellos pensando si en realidad no estaban muertos, porque era como un paraíso en la tierra. Se abrió la entrada y bajaron de los caballos y transportes jalados por éstos mismos para entrar al palacio y después de una cálida bienvenida, ofrecerles un banquete.
Al pasar al comedor, el rey ya tenía la mesa preparada para una cena con sus generales, almirantes, gobernadores y algunos senadores, además de la presencia de los invitados persas. El banquete no fue nada fuera de lo común, un acostumbrado brindis, platicas de política, mejoras para la Atlántida, todo según la costumbre, y no fue hasta que el más alto general del ejército atlante, el general karloto (Καρλότο) preguntó sobre los extraños que los acompañaban, porque a pesar de que todos en la mesa los habían notado, nadie salvo los involucrados con su rescate e interacción con ellos, les tomaron mayor importancia o no se atrevian a preguntar, fue entonces que el general preguntó en voz alta -¿Quiénes son nuestros peculiares invitados majestad?- A lo que el rey respondió -Son extraños provenientes de un lugar llamado Persia, ésta noche son mis invitados y mañana les daremos un navío y provisiones para que puedan volver a su hogar-, el general Karloto asintió con la cabeza y guardó silencio mientras alzaba su copa en forma de agradecimiento.
Al terminar la cena, todos se retiraron con excepción de los invitados persas, pues el rey les ofreció pasar la noche en el palacio real, asignándoles una habitación a cada uno. Más noche, el rey citó a los cinco en la biblioteca del palacio para continuar con su plática pendiente. Llegada la hora, aproximadamente a las díez de la noche los cinco se encontraban esperando en la biblioteca hasta que el rey entró y los invitó tomar asiento; al encontrarse sentados todos en los sillones, el rey les dijo a todos -Nos preguntamos cosas que son importantes, pero no nos hemos presentado, así que les pregunto, ¿Cuáles son sus nombres?-, primero respondió el más viejo de ellos -Yo me llamo Eskandar- después otro respondió -Yo me llamo Kurosh-, el más joven de ellos respondió -Yo me llamo Dariush-, el que no ha dicho ni una sola palabra desde que llegaron respondió -Yo soy Arash- y finalmente el último de ellos respondió -Yo me llamo Behnam-. El rey escuchó atentamente a cada uno de ellos y cuando escucho el nombre todos, el dijo en voz alta -Es un placer conocerlos, yo me llamo Atlas- y en seguida agregó -¿Qué son ustedes? Cómo llegaron aquí?- A lo que Dariush respondió casi de inmediato -Somos soldados, nos obligaron a pelear en la guerra-;entonces el rey respondió en tono pensativo -Y su objetivo es la Atlántida? Y de inmediato interrumpiendolo Eskandar agregó -No, en realidad no sabemos cómo llegamos aquí, nos encontrábamos navegando hacia Grecia cuando una tormenta en la noche desvío nuestro curso y fue en ese momento en el que un rayo partió el mástil en dos y con el mar tan agresivo, perdimos a sesenta y tres hombres, solo sobrevivimos nosotros pero cuando pasó la tormenta, nos encontrábamos flotando sin rumbo hasta que perdimos la conciencia y cuando despertamos estábamos en aquel cuarto en la costa- De inmediato Behnam dijo -Creímos que moririamos hasta que ustedes nos salvaron la vida, por lo que estamos muy agradecidos por ello y por su hospitalidad, pero tenemos familias y queremos regresar a casa-. El rey escuchó sus palabras y mientras se levantaba para irse a dormir, dijo -Claro, mañana regresarán a su hogar, el navío que los llevará ya fue abastecido ésta misma noche y estará listo para zarpar por la mañana, mientras tanto, descansen y gracias por esta charla.
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Atlántida: Se Alza Un Nuevo Imperio
Historical FictionEn un mundo antiguo lleno de misterios y leyendas, la Atlántida y nuestros protagonistas: el rey Atlas, el rey Jerjes, Kurosh y Arash, deberan enfrentar desafíos inesperados y la constante amenaza persa. Una civilización completamente aislada del m...