Capítulo XIX
Cuando todos terminaron de reír de que Arash preguntó como sabian comunicarse entre ellos, Atlas volteó a ver a Kurosh y le preguntó -¿Y tu?, ¿Cuál es tu historia?-, Kurosh suspiró y dijo -Pues bien, pongan atención, porque no voy a repetir eh-.
Todo comienza hace veintidós años en la ciudad de Ecbatana, en una familia donde éramos seis hijos, dónde yo era el mayor y mis dos padres. Realmente no puedo decir que mi vida hubiera sido mala, pero al crecer siendo el hijo mayor, realmente solo me exigían cuidar de mis hermanos, y si algo sucedía o no lo hacia bien, me golpeaban, así fue hasta que cumplí los 16 años, que fue cuando decidi escapar de casa y dirigirme a la capital a probar algo de suerte y con suerte, me refiero a encontrar un sitio donde encontrar la preciada calma que necesitaba mi mente, lejos de responsabilidades y golpes de mis padres.
Cuando llegué, lo primero que hice fue buscar trabajo con alguno de los comerciantes, y pase con tres de ellos primero y los tres me rechazaron. No tenían suficientes ganancias para contratar a alguien más. Cómo mi panorama no parecía mejorar, decidí cambiar mi estrategia, por lo que busque a quien le podría interesar un poco de ayuda, y fue hasta que ví a un señor de cuarenta años, de buena figura, pero algo mayor que quizás le venga bien alguien más para trabajar con él, por lo que al dirigirme con el, le ofrecí ayudarle en todo lo que requiera y a cambio solo darme un lugar donde dormir y de la comida me ocuparía yo. Me miró, lo pensó diez segundos aproximadamente y accedió, por lo que inicié mi primer trabajo.
Con el tiempo, nos hicimos más cercanos y el comerciante ya hasta compartia conmigo su comida, además de su reconfortante compañía e historias de de su juventud. Me contó cuando viajo por primera vez a Egipto y quedó maravillado con las grandes pirámides de Egipto y me dijo que su sueño siempre ha sido volver a ese sitio tan hermoso y juró que volvería, pero a más de treinta años de ese juramento, no habia podido regresar. Esa noche después de contarme ese viaje, se fue a dormir como de costumbre y al día siguiente que desperté, note que ya era algo tarde y Yusuk aún no despertaba, así que decidí despertarlo porque si no, se nos haría tarde para empezar a sacar la mercancía para venderla, entonces al moverlo y hablarle, noté que no despertaba, asi que entré en pánico, y comencé a llorar, porque aquel extraño de edad avanzada se habia vuelto mi amigo, así que salí de inmediato a gritar por ayuda, así que se armó un borloto por la escena, y todos murmuraban. Después de unos quince minutos, llegaron unos soldados y retiraron el cuerpo. En cuanto a mí, solo me dijeron que lo lamentaban, pero ya había fallecido Yusuk, me senté ahí todo el día, pensando en el último momento que pasamos juntos. Hasta que reaccione y me dije a mi mismo que tenía que ir a Egipto a enterrar una parte de él, y no me mal entiendan, con parte de él, me refiero a ésto (sacó de su bolsillo una pipa de arcilla), a él le gustaba mucho ésta pipa y fue entonces que me di cuenta que no tenía dinero alguno para llegar hasta Egipto, que se encontraba a casi tres mil kilómetros de donde estaba yo, por lo que me puse a pensar que podria hacer para juntar dinero e ir, entonces por años estuve trabajando de todo, pero realmente no juntaba casi nada de dinero, hasta que un día notaba que los soldados siempre se encuentran gastando dinero y casualmente ese día ví que uno estaba comprando carne, un lujo para muchos, por lo que me acerque y le pregunté si un soldado ganaba bien, el solo volteó a verme y despues de escudriñar cada centímetro de mí, respondió, -Pues no me quejo-. Entonces le respondí de vuelta -Quiero enlistarme-, sus compañeros comenzaron a reir y me dijo -Aun eres muy joven, a lo mucho tendrás dieciseis años- y de inmediato lo corregí -Tengo veinte años- dije. Entonces su mirada cambió y me dijo -De acuerdo, mañana a primera hora ven a la entrada trasera del palacio, ahí estaré esperando-.
Llegado el siguiente día a primera hora, ni un minuto más, ni un minuto menos, llegué al sitio, dónde ya estaba esperándome con una armadura y una espada. -Vistete, te haré una prueba-, dijo en tono serio el capitán Behruz. Después de haberme vestido, me atacó y yo tuve que defenderme como pudiera, por lo que después de un intercambio de espadas y terminar conmigo en el suelo y su espada frente a mis ojos, me dijo, -Estas dentro-, por lo que yo sin saber que había sucedido exactamente, le pregunté -¿Que!?-, y me respondió de vuelta -¿Sigues vivo no?, entonces respondí que si, seguía vivo, entonces me interrumpió y me dijo -Exacto, el anterior a ti, no lo está- y se fue mientras decía -Bienvenido a este infierno-.
Y el resto solo se reduce a lo que sucedió antes de naufragar y conocer a Arash, Eskandar y Dariush, el naufragio y todo lo que ha sucedido desde entonces.
Inmediatamente después de terminar su historia, Todos lamentaron la muerte de Yusuk y guardaron silencio por un momento, hasta que Arash le dijo como si tuviera una clarividencia en ense momento -Entonces por eso pediste que te dejáramos en Egipto cuando ibamos de regreso-, Kurosh asintió con la cabeza mientras se le salía una lágrima. Atlas extrañado, preguntó -¿Y como es que sigues con la pipa de Yusuk?-, Kurosh entre lágrimas respondió, no pude separarme de su pipa, es todo lo que me queda de él. -Pero tienes familia- dijo Karloto; -No es lo mismo, Yusuk me dió calma, calma que con mi familia jamás conocí-.
Después de esas palabras, Aithiōn interrumpió y sugirió que todos fueran a dormir, porque ya era tarde y los caballos aún no se había recuperado del todo, por lo que accedieron, apagaron la fogata y se acomodaron para dormir.
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Atlántida: Se Alza Un Nuevo Imperio
Historical FictionEn un mundo antiguo lleno de misterios y leyendas, la Atlántida y nuestros protagonistas: el rey Atlas, el rey Jerjes, Kurosh y Arash, deberan enfrentar desafíos inesperados y la constante amenaza persa. Una civilización completamente aislada del m...