8

124 54 70
                                    

El día había transcurrido lo mas normal posible, no hubo señales de Sacc, ni de Amara, ni Ciri, ni nadie que pudiera arruinar el día.

Junto con Darla y Sara nos dirigimos al centro comercial luego de clases para comprarnos algo que luciera bien en la fiesta.

–Necesito conseguir un vestido azul.. –dijo Darla.

–A mi me da igual el color.. –dijo de manera desinteresada Sara-, Patric dice que todos los colores me quedan bien, asique no busco un color en particular..

Darla y yo no dijimos nada y solo nos miramos, entre nosotras nos entendemos.

Seguimos caminando y nos topamos con un negocio que tenía un hermoso y sensual vestido azul expuesto en la vidriera. Darla abrió sus ojos enormemente y puso sus manos sobre el vidrio.

–Quiero ese vestido.–estaba decidida a tenerlo, y la verdad es que estoy segura de que le quedará hermoso.

–Es muy lindo.. –exclamó Sara, a lo que Darla la miró fulminante con ojos de "Es solo mío".

–No esta mal.. –asentí– entremos.– dije empujando a ambas dentro de la tienda. Darla se probó el vestido y efectivamente le quedaba fabuloso, le resaltaba su tan esculpido trasero y sus bellas piernas, tenía un cuerpo envidiable. Matt enloquecerá.

–Esto es definitivo–dijo–, me lo llevare.

Luego de caminar por horas, Sara consiguió un vestido negro apretado arriba y suelto por debajo, era algo brilloso y con muchos bolados.

Personalmente me parecía un vestido espantoso, muy de quinceañera. Pero Sara solo quería lucir linda para Patric, y aparentemente el asegura que todo le queda bien, así que no había problemas.

–¡Vamos Malva!– exclamó cansada Sara–, algo te tiene que gustar, ¡Recorrimos ya todas las tiendas!–diciendo esto se sentó en un banco que había.

–Es que no me gusta nada– dije asqueada. Estaba agotada, ver que todo me quedaba mal, o era muy apretado, o muy escotado, o muy corto, me ponía de mal humor.

–No puede ser que en todo este maldito lugar no encuentre nada que te guste.. –dijo Darla de brazos cruzados. Entonces sus ojos se perdieron en una tienda que se encontraba a mis espaldas.– Es perfecto para ti.– aseguró con una sonrisa escalofriante, para luego tomarme del brazo y arrastrarme a la tienda.

Era un vestido rojo, demasiado corto para mi gusto, todo apretado y con un escote corazón sin tiras. Era muy lindo, pero me sentía algo descubierta. Ambas me miraron con brillos en sus ojos.

Giré para verme en el espejo del probador y quedé algo asombrada.

Me gustaba mi cuerpo con este vestido, parecía resaltar algunos rasgos que normalmente no son atractivos en mi.

Darla insistió demasiado en que lo comprara, y como si necesitara del empujón, accedí y lo compré.

Volví a casa con un gran alivio al poder conseguir algo que ponerme, en un momento había perdido las esperanzas por completo.

–¿A dónde estabas?– preguntó Jos desde su oficina. Abrí un poco la puerta para poder verlo.

–Comprando un vestido.–dije. Seguía algo molesta por lo de anoche, pero intentaba con todas mis fuerzas que él no lo notara.

–¿Un vestido?–dijo levantando una de sus cejas, luego soltó una carcajada. Eso logró ofenderme un poco.–¿Tú comprando un vestido?–volvió a preguntar como si no lo hubiera escuchado, el no dejaba de reír–¡Oh! No te lo tomes a mal–dijo observando mi ceño fruncido–, es que nunca te he visto con vestido, creo que es la primera vez..

El Bosque de GivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora