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Sentí que al fin podía descansar, al menos físicamente, pero oí un portazo en el piso de abajo. Atemorizada que volvieran a ser esos tipos que buscaban hacerme daño, me asomé lentamente por la puerta para observar, pero lo único que escuché fue la voz de Jos.

Ahora sí mi corazón comenzó a desacelerarse.

Bajé las escaleras para ver que sucedía, y me topé con Paula y Jos llorando.

–¿Qué sucede? –dije preocupada, dirigiéndome de inmediato a los brazos de Jos.

–Ya sabíamos que podía suceder.. –dijo entre sollozos Paula.

–¿Suceder que? – pregunté con más intensidad.

–William.. falleció Malva. –dijo fríamente Jos. Mi cuerpo se congeló, por un segundo no entendía en que plano terrenal me encontraba. Todo pasaba tan rápido y de manera tan extraña..

Me hundí en los brazos de Jos. Sabía cuánto significaba para él.

Esa noche al volver a la cama, no tardé en pensar en Sacc. Pobre Sacc.. sí tan solo pudiera estar para él, abrazarlo, consolarlo. Aunque sé que quizás no soy la persona que quiera en este momento, pero me destrozaba el corazón saber por lo que estaba pasando.

Le envié un mensaje lamentando su pérdida, y haciéndole saber que estaba para él cuando me necesitase.

Deseaba con todas mis fuerzas que me contestara, que me pidiera que fuera corriendo a verlo.. pero eso jamás pasó, ni esa noche, ni al día siguiente, ni al otro, ni a las semanas, ni a los meses.

La última vez que vi a Sacc, fue en el velorio de su padre. Traté de acercarme, pero el me evitó todo el día. No ha asistido al instituto hace semanas, lo llamé un par de veces, pero jamás me atendió, ni devolvió mis llamadas, ni lo volví a ver.

Mis días en el instituto se tornaron grises, nunca creí que no verlo me afectaría tanto. Pero me estoy acostumbrando a su ausencia, y en el fondo sé que es lo mejor.

Sacc Trewid fue el único nombre que se escuchó en este último mes. Había muchos rumores, algunos decían que se cambiaría de colegio, otro que él y su familia se iban a mudar lejos, otros aseguraban que ya no vivían aquí, decían haber visto a su madre empacar las cosas de su casa y marcharse.

–Malva –oí decir a Darla–, ya debes dejarlo ir.. –dijo mientras caminábamos en silencio de vuelta a nuestras casas. Esa era yo ahora, una chica callada, seria e inexpresiva. Solo asentí y ella me saludo con un abrazo algo fuerte.

De camino a casa, una vez que dejé a Darla atrás, sentí que alguien me seguía. Voltee varias veces, pero nunca vi a nadie. Esto me pasó todos los días cuando dejaba a Darla en su casa y continuaba caminando hacia la mía.

Antes de entrar a casa decidí voltear rápidamente y pude ver una sombra detrás de un gran árbol, justo en frente de la calle.

Caminé lentamente hacia el árbol, y cuando por fin iba a ver quién estaba detrás..

–¡Malva! –oí gritar a Jos detrás de mí, volteé y estaba en la entrada de casa –¡Ven rápido, por favor!

–¡En seguida voy! –dije, para volver mi mirada hacia el árbol. Caminé rápidamente alrededor, dando una vuelta completa y nada.. observé hacia mis costados y nada.. debo estar loca.

Al entrar en casa, Jos estaba reorganizando varias cajas viejas en la cocina. Me pidió si podía ayudarlo a sacar unas copas que estaban guardadas, fue el regalo de William cuando mama y papa se casaron.

Eran unas copas muy lindas, pero llenas de polvo, ¿Y quién debía lavarlas? Pues claro, yo..

Mi mala predisposición para la tarea, me llevó a romper una copa contra el lavado, Jos no me mató tan solo porque me había lastimado.. pero su rostro, ¡Oh, puedo jurar que quería asesinarme!

Luego de pelear por si ir o no al hospital, Jos, como siempre, terminó ganando y forzándome a ir al hospital, por un simple corte ordinario.

Una vez en el hospital, me atendieron bastante rápido.. que puedo decir, privilegios de ser la hija de un doctor.

Mientras Jos hacía algo de papeleo, me quedé sentada en la recepción esperándolo.

Vi pasar a un muchacho de remera roja, con cabello castaño y de gran espalda.. ¿ese no es.. ? ¡Sacc!

Sacc se metió al baño de hombres, y no tardé en ir detrás de él, no lo podía creer, tanto tiempo sin verlo y al fin lo encontraba, como no iba a reconocer ese cabello desastroso y sus tan fuertes brazos..

Sin pensarlo dos veces, me metí dentro del baño. Muchos hombres al verme salieron apresurados, otros solo me miraban extrañados y confundidos. Revisé los baños, los mingitorios, me acerqué a los espejos, pero no estaba.. no había ningún chico de remera roja allí dentro, mucho menos Sacc..

¿A caso me estaba volviendo loca?

Juro que lo vi, ¿A caso se esfumó?

Mientras observaba el techo de mi habitación, pensaba en ese maldito muchacho de remera roja, ¿A dónde se había metido?

Era imposible haberlo imaginado, imposible.

No puedo dejar de pensar todo el tiempo, en todo esto que sucede, y no importa a quien le diga, cualquiera va a pensar que estoy loca.

No podía dejar de extrañarlo, lo odiaba, pero lo necesitaba cerca.

Entonces recordé que el me prometió que siempre iba a estar cerca, por más que no me quisiera allí.

Pero eran todas mentiras, ¿A dónde estaba ahora?

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Holiiiii🌺🌺🌺

Este capítulo es medio sad, pero yo creo que ya se lo veían venir...

*ustedes desp de leer lo del papá de Sacc*

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El Bosque de GivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora