El Bosque de Giva

29

–¿Qué fue todo eso...? –dije temblando mientras caminábamos al auto. James suspiró– ¿Todo lo que dijo Sacc es verdad?¿Cómo es posible que él esté bien..?

–Sabes... ni yo sé que está pasando, pero creo que estas en medio de algo muy peligroso. –dijo serio, la luz de la luna iluminaba su cabeza y sus ojos parecían brillar, como cuando bailábamos...

–¿A qué te refieres?– dije respirando con dificultad– ¿Tu que sabes? ¡Y no me mientas! – le grité.

–Ey... –dijo suavemente tomándome de los brazos– tranquila...–sus manos acariciaban mis brazos con suavidad y sin saber porque logró calmarme de inmediato– Hay muchas cosas que ni tu ni yo sabemos, pero estoy intentando averiguarlo... –sus ojos se desviaron hacia el poste donde Sacc había estado atado, recordar ese momento me generaba estragos– Lo único que sé con certeza, es que cada vez que algo pasa, tu nombre es el primero que escucho.

Sus palabras me dejaron helada. No dude ni un segundo de lo que me decía, mi vida había cambiado rotundamente y no entendía por que, ni que pasaba. Pero me alegraba al fin tener a alguien de mi lado, que también buscara respuestas...

–¿Qué piensas de los Jopper?¿Crees que realmente fueron ellos los que lastimaron a Sacc..? – me dolía en el alma pensar que Luis habría hecho algo así, pero explicaría porque Sacc no me quería cerca de él, se odiaban.

–Lastimosamente creo que sí. No se lo de tu amigo... –carraspeó mientras conducía–, pero mantente alejada de él de todos modos, es un tipo peligroso...

–Me niego a pensar que pudiera hacer algo así, es tan cruel...– una lágrima se escapó de mi ojo.

–Malva... –dijo frenando en frente de casa– ven aquí. –James me atrajo a sus cálidos brazos y me quedé acurrucada en su maravilloso aroma, me sentía tan segura con él... –Déjame quedarme contigo esta noche, así estarás más segura y yo... más tranquilo.

Accedí a su pedido y ambos entramos a la casa. Saber que Jos aun no volvía me estrujaba el corazón, ¿el estaría bien?

James fue a la cocina a ver que podía rescatar de la heladera y yo subí a mi cuarto. No sé cómo nos acomodaríamos para dormir pero algo inventaríamos..

Me saqué los zapatos y los dejé a un costado de la cama, me sentí aliviada por un segundo. Me dejé caer sobre el colchón... estaba exhausta.

–Malva... –esa voz... de inmediato me puse de pie y lo vi en un rincón de la habitación, ¿Qué carajos? Mi corazón comenzó a latir a toda velocidad y entré en pánico –No espera, no te asuste, no te haré nada... –pero antes de decir algo más, salí corriendo de la habitación, él me siguió por detrás y sin entender cómo, apareció en frente de mí y me sujetó de la boca para que no gritara, me llevó a la rastra nuevamente a mi habitación y me dejó caer en el suelo.– Por favor dame unos minutos para explicarte.. Yo no hice nada Malva te lo juro, debes creerme...

–¡James! –grité con fuerzas– ¡James! – mi corazón iba a salirse de su lugar y mi cuerpo temblaba del miedo, ¿Qué quería de mí?¿También quería lastimarme?

Luis no tardó en abrir sus ojos como plato y pude ver el terror en sus ojos– ¿El esta aquí...? –dijo volteando hacia la puerta, se escuchaban los pasos apresurados de James al subir las escaleras.

–¿Malva?¿Que ocurre? –pregunto James, cada vez se lo oía más cerca.

–Escúchame bien... –dijo Luis acercándose tanto que comencé a llorar– no confíes en ellos, ni en Sacc, ni en James... –pude ver como sus ojos se oscurecían al hablarme–, no confíes...

James apareció por la puerta, pero Luis había desaparecido como un fantasma, la ventana de la habitación estaba abierta y las cortinas se movían con el viento, una correntada de aire helado se hizo presente, él no tardó en cerrar la ventana y me ayudo a ponerme de pie.