21

61 29 51
                                    

Mi cuerpo se quedó helada, no me había movido hacía ya media hora. Nada tenía sentido.. ¿Qué estaba sucediendo últimamente? Desde que me tropecé con Sacc todo ha caído en picada..

Bajé las escaleras con algo de pereza, y siendo empujada por muchos adolescentes y universitarios ebrios. Las dudas habían consumido mi mente.

¿Dónde estaba Darla?

Miré hacia un costado y me encontré con aquel muchacho de gran espalda que había bailado con mi amiga.

– ¿Dónde está mi amiga? –le pregunté.

–No lo sé, intenté besarla, pero ella se puso como loca y se fue.. –dijo riendo–, sabía que no tenía que meterme con adolescente.. –dijo para volver a reír. Su comentario causó un fuego en mi interior, pero estaba demasiado desorientada como para contraatacar.

Decidí seguir buscando, pero ella no aparecía por ningún lado, y una jaqueca comenzaba a atormentarme. Sentí un brazo jalarme desde mi hombre y me volteé quedando en frente de un hermoso ojo moretoneado.

– ¿Qué mierda..? –dije sorprendida y preocupada– ¿Qué sucedió?– dije depositando mi mano delicadamente alrededor de su mejilla que se había hinchado por el golpe, verlo de esta manera me partía el corazón, quería llorar y abrazarlo.. pero me detuve y me alejé. Estaba claro que él amaba a Amara, y por más que ella me haya contado una historia que pudiera cambiar las cosas, no podía saber si era verdad.. ¿Cómo olvidarme de haber estado con Sacc?

– Nada, no pasó nada. – dijo apartándose rápidamente– Darla está en su casa, llamé a Mati para que la busque. –quedé atónica, ¿Por qué se preocupaba por Darla? En todo caso, yo me había quedado sin coche para volver.

– Genial –dije rodando mis ojos–, tendré que volver caminando. – diciendo esto me alejé rápidamente de él en busca de la salida. No volví a preguntar por su ojo, no quise saber más nada de él, Sacc solo me confundía y lastimaba más y más.

– ¿Caminando? – lo oí decir al sujetarme del brazo, luego rio– Yo te llevaré. – ¿Qué demonios ocurría con este chico?

– ¡No quiero que me lleves! –le grité, a lo que llamé algo la atención de la gente que nos rodeaba, ¿Qué quería de mí? ¿Por qué estaba pendiente de todo? –Puedo volver sola. –dije brindándole una sonrisa falsa.

– No fue pregunta. –diciendo esto me tomó fuertemente del brazo, tanto que lograba lastimarme, intenté zafarme de su agarre, pero era imposible. Me subí a su auto de mala gana y al sentarme crucé mis brazos demostrando mi enojo, ni siquiera volteé por un segundo a verlo. Sacc manejó hasta llegar a casa, y sin pensarlo dos veces me bajé del auto a toda velocidad, no quería pasar un minuto más cerca de él. Me dolía, me ardía el pecho a más no poder, ¿porque era tan complicado?

Subí a mi habitación sin hacer ningún ruido, no quería despertar a Jos. Me adentré a mi habitación y cerré lentamente la puerta. Mi cuerpo cayó vencido sobre la cama.. me sentía derrotada.

La calma no duró ni dos segundos, que sentí golpes en mi ventana, mis instintos estaban seguros de quien era. A lo que cerré las cortinas y me volví a acostar, debía evitar todo tipo de contacto con él.

Los golpes en la ventana eran cada vez más intensos ¿Qué quería?

Intenté ignorar los ruidos, y cuando mis oídos se estaban acostumbrando al sonido, mi ventana se abrió de par en par. Una figura masculina entró a mi habitación y no dudé ni un segundo en taparme con mis colchas en forma de protección. ¿Quién era? ¿sería Sacc o..?

La luz se encendió, no quería verlo, sabía que era él, sentía su presencia, su olor.. mis colchas se levantaron y me dejaron expuesta ante él.

Sacc comenzó a reír burlonamente. A lo que rodeé mis ojos y tomé asiento en mi cama.

El Bosque de GivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora