El Bosque de Giva

27

–Malva.. –oí una voz, volteé a ver hacia arriba.

–James. –dije. Como si hubiera visto un ángel, mis ojos se inundaron y no pude evitar comenzar a llorar. De inmediato se sentó a mi lado y me envolvió con sus brazos muy fuerte. James no dijo nada, se quedó allí y acarició mi cabello mientras me perdía en su pecho.

–¿Cómo supiste..?– dije sin quitar mi rostro enrojecido de su remera.

–Yo.. –él se quedó en silencio–, solo sentí que algo andaba mal.

Sus palabras no hicieron más que confundirme, pero en este momento necesitaba que me sostuviera para no romperme más.

Al cabo de una hora mis amigos llegaron. Darla no tardó en abrazarme y llorar junto a mí.

Merlo se quedó en un rincón algo alejado sin saber que hacer exactamente, se lo veía algo extraño.

Sara y Patric me trajeron comida, pues se había hecho tarde y no me había percatado de ello.

Luis se sentó a mi lado y James lo fulminó con la mirada. Solté un suspiro al ver la escena y ambos se relajaron, no era momento para una escena.

Todos estaban allí, todos menos él.

Paula me convenció de que volviera a casa, Jos estaba bien pero nadie podía ingresar a terapia intensiva, obviamente ella si porque era médica.. prometió cuidarlo bien y me pidió por favor volver a casa y descansar, que me mantendría informada.

Dicen que tuvo mucha suerte, solo fueron algunas costillas rotas y algunos raspones.. para a mí fue como si el mundo se acabara.

Una vez en casa, James me rogó quedarse. Le tuve que gritar para que se marchara, y él se fue refunfuñando por la puerta.

Incluso estando enojada con él, me pareció tierna su reacción y reí sin que lo notara.

Me pedí una pizza y le pedí a todos que me dejaran sola. Necesitaba silencio.

Para cuando me senté en la mesa y visualicé ante mí la comida, mi estómago decidió traicionarme y volverse un nudo en mi contra.. ya no quería comer.

La lluvia no paraba, hacía días llovía y los climas tan grises tienden a deprimirme.

El timbre sonó, sequé mis lágrimas y me encaminé a la puerta, ¿Quién estaba dispuesto a molestarme, aún cuando pedí específicamente que me dejaran sola?

–¿Tienes un minuto? –su ropa se pegaba a su cuerpo empapado, esto se estaba volviendo costumbre.. me miró con ojos alterados y su boca entreabierta. No supe que contestar, su visita me dejó en shock, quería cerrarle la puerta en la cara y también correr a sus brazos mojados.

–Sacc.. –dije casi para a mí misma, ¿Cómo es que volvíamos a estar en la misma situación? Mi corazón no resistía más.

–Perdón por no ir.. sabes que moría por estar a tu lado,– sus palabras eran como veneno– ¿Pero entiendes que debo alejarme..?

–¿Y entonces por qué sigues apareciendo? –dije sumergida en lágrimas y con un dolor inmenso en el pecho.

–Yo.. –el agua escurría por su cuerpo cada vez más rápido, la lluvia se intensificaba y mi corazón también– necesitaba verte.

Sus palabras fueron suficientes para que mis deseos me accionaran. Corrí hacia él y me prendí se sus brazos. Su cuerpo mojaba el mío, sentía como su corazón se aceleraba y sus dedos me apretaban al abrazarme.

Corrió mi cabello que se pegó en mi rostro por el agua, y dejó libre mis mejillas, depositó un largo y tierno beso allí y luego con sus dedos continuó corriendo el cabello de mi cuello y lo besó.. me erizaba la piel que sus labios húmedos me rozaran.. volvió sus ojos a los míos y reposó su frente sobre la mía, ambos respiramos agitados y deseosos de poder hacer más..