Capítulo 1: Secuestro

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Narrador

- Un descafeinado, dos latte y dos sándwich mixtos - Así empezaba la mañana de una adolescente, recibiendo la primera comanda del día un lunes a las buenas ocho de la mañana.

- ¡LAURA! - Y ese era el primer grito de la mañana escuchado por la adolescente, que provenía de el segundo mesero, o también su mejor amigo.

- Daniel, un grito más a esta hora y hablas lo que queda de día con la pared, informado quedas - Respondió de manera tajante la castaña, quien odiaba las mañanas, bueno quien odiaba las mañanas a gritos.

- Perdón amiga de mi vida y de mi corazón pero tengo una buena noticia - Dijo el adolescente con una gran sonrisa en su cara.

- Lucas son las ocho de la mañana, mi única buena noticia es poder irme a casa y tener una relajante tarde - Respondió ella mientras terminaba el segundo latte del pedido.

- Van a empezar los casting para Operación Triunfo, es tu oportunidad Lau - El adolescente dijo de forma alegre mientras aún veía la noticia a través de la pantalla de su móvil.

- Número uno, no es mi oportunidad, número dos, no puedes estar con el móvil mientras trabajas y número tres, el pedido a la mesa tres, por favor y gracias - Dijo la castaña impaciente de que su amigo se marchara, pues sabía lo insistente que podía llegar a ser cuando se lo proponía.

- Número uno, mi padre lleva esto y sabes que nunca me diría nada, número dos, es la oportunidad perfecta de que la gente vea el gran talento que te cargas y número tres, no hay número tras pero te quería copiar y que conste que voy a hacer que vayas ahí como que me llamo Daniel Serra y soy tu mejor amigo, conseguiré que vayas - Afirmó Daniel con gran seguridad mientras se iba a dejar el pedido que acababa de preparar su amiga.

- Este niño es imposible - Dijo ella en apenas un susurro, sabiendo que en gran parte el castaño tenía razón, él no se rendía nunca.

Eran las dos y media de la tarde cuando la castaña por fin llegaba a su casa después de una mañana un tanto estresante en la cafetería, al llegar se sorprendió de que su hermano pequeño no viniera corriendo a saludarla, ni de que su abuelo le preguntara por su día en el trabajo, dudas que se respondió ella sola cuando al avanzar un poco por el pasillo se fijó que su hermano estaba muy ocupado jugando con Daniel, mientras el adolescente se dedicaba también a hablar con los abuelos de la castaña. 

Será cabrón, fue lo primero que pensó Laura, sabiendo que su amigo podía llegar a ser muy persuasivo cuando el se lo proponía y que su abuelos adoraban demasiado a Daniel. 

- Tataa - Dijo con gran ilusión el pequeño Alex, quien fue el primero en darse cuenta de la presencia de su hermana y fue lo más rápido a los brazos de la castaña.

- Hola campeón - Le dijo la pelinegra mientras cogía a su hermano en brazos y se acercaba a saludar a sus abuelos que se encontraban sentados en el salón.

- Hola cariño - Habló la abuela de la castaña mientras esta le daba un beso en la mejilla, para que la adolescente fuera con su abuelo y repetir el mismo saludo, al girarse se encontró con la mirada juguetona de su amigo y ahí es cuando supo que algo había hecho y que seguramente estaría relacionado con el programa musical al que ella no tenía pensado ir.

Una vez saludó a su abuelo se acercó al sofá sentándose con cuidado pues aún tenía a su hermano pequeño entre sus brazos, su abuela la miró enseguida con una sonrisa  que daba a relucir que algo sabía ya.

- Cariño tienes que hacerlo - Esas fueron las palabras que escuchó la castaña cuando se sentón en el sofá, palabras que prevenían de su abuela que la miraba con una gran sonrisa pues ella mejor que nadie sabía lo bien que su nieta se desenvolvía en todo lo relacionado a la música.

El piano // Chiara Oliver y Laura GrecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora