Narrador
- ¿Ludovico Einaudi? - Laura pegó un bote alzando su mirada hacia la puerta y viendo como la persona que la acababa de asustar se acercaba a ella.
Trató de enfocarla pero entre la oscuridad y la poca visión que tenía no le fue posible hasta que se acerco y la luz de la linterna de su móvil la ilumino.
Era Kiki.
Laura sintió como su pulso se aceleraba con solo ver esos ojos verdes que tanto había empezado a admirar al igual que a la chica de dichos ojos, pero el recuerdo de esa noche aún hacía mella en la castaña que sintió como el ambiente empezaba a tornarse incómodo, algo que no había pasado ni una sola vez desde que habían estado solas desde que llegaron a la academia.
Laura
No sabía como reaccionar, la tenía delante de mí y me había imaginado tantas veces teniendo esta conversación o simplemente con volver a estar así de cerca y en esta sala, pero ahora solo estaba sin palabras, ella sentó en una silla muy cerca de mí pero aún manteniendo la distancia.
- ¿Todo bien? - Me sentía como una tonta haciendo esa pregunta, nada estaba bien y eso lo sabía, pero estaba nerviosa no me pueden culpar por eso.
- ¿Podemos hablar? - Me preguntó mirando directamente sus manos.
- Ya estás aquí, al menos que valga la pena - Después de mi pregunta afirmativa vi como alzaba la cabeza pero aún veía como se estaba guardando más - ¿Ocurre algo más? - Mi pregunta la tomó completamente por sorpresa y lo supe al ver como abría los ojos sorprendida, viajar tanto y tener un hermano pequeño me ayudo mucho a saber leer bien a las personas y era algo de lo que estaba muy orgullosa.
- Puedo pedirte una cosa - Yo solo asentí - Prométeme que pase lo que pase en esta sala y diga lo que diga no me vas a odiar.
Me sentí vulnerable ante ella y la forma tan suave en la que habló, como hacía conmigo lo quería con solo una mirada, pero era algo que ya tenía asumido, Kiki me hacía vulnerable a ella y era algo que me asustaba y me encantaba al mismo tiempo, era de las pocas personas a las que era incapaz decirle que no.
- Keeks, es imposible que te odie, tu solo di lo que tengas que decir, te prometo que te voy a escuchar y no te voy a odiar.
- ¿Pinky promise? - Su pregunta me derritió por completo, era imposible que alguien se enfadara con esta chica y que mucho menos la odiaran.
- Pinky promise - Dije mientras entrelazaba nuestros dedos meñiques y le sonreía tratando de tranquilizarla.
Ella guardó silencio durante unos segundos mientras jugaba nerviosa con los dedos de su mano, yo acerqué más la silla del piano y tomé con decisión su mano, tratando de nuevo de tener contacto con ella.
Y enseguida noté ese cosquilleo en mi estómago, las famosas mariposas como decían, pero ella no causaba solo mariposas.
Ella causaba una estampida de sentimientos en mí con solo una mirada o un roce.
- No pasa nada, I'm here with you - Hablé suavemente sintiendo como se relajaba y cogía mucho aire para después soltar un largo suspiro.
- Siento mucho haberme ido de esa forma y más haberte dejado así y después no dirigirte la palabra - Yo la escuchaba atentamente mientras dejaba suaves caricias en el dorso de su mano - Pero me agobié, a veces actúo como si estuviera en mi casa, porque me siento así, aquí me siento como si fuera mi segundo hogar, pero muchas veces me acuerdo de las cámaras y me da miedo lo que puedan decir. Pero no me avergüenzo de ser como soy, de ser lesbiana, me da miedo que cuando salgamos haya más malos cometarios que nos pueda afectar cuando estemos fuera.
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El piano // Chiara Oliver y Laura Greco
FanfictionDos adolescentes amantes de la música deciden ir a uno de los concursos musicales más famosos, una por la ilusión y felicidad que le provoca la música y otra es más bien obligada a apuntarse. Ambas con la conexión del piano y la mezcla de idiomas. ¿...