Capítulo 2: Chica italiana muy guapa

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Narrador 

- No vuelvo a dejar que abras tu maldita boca - Dijo la castaña después de bajar del coche, haciendo referencia al tortuoso viaje que habían tenido.

-No es para tanto, además no es mi culpa que a todos les haya dado por coger el coche justo hoy, debes de alegrar esa cara amiga mía y ser más positiva - Fue lo que respondió ahora Lucas mientras también se bajaba del coche, donde nada más dirigir su mirada a la castaña se encontró con que ella ya lo estaba mirando demasiado ofendida por las últimas palabras del rubio.

- Dani da igual las ganas que pueda tener de estar aquí, pero lo que era un viaje de media hora, se ha convertido en un viaje de dos malditas horas y para colmo tu maldito aire no funciona y parece que nos acabamos de dar una ducha para nada agradable para tu información - Terminaba de decir la castaña mientras se dirigía al maletero con la intención de coger las maletas y esta vez darse una buena ducha en condiciones.

- Ya creo que no pensé en todo al final, pero no pasa nada, una buena ducha y un cena lo pueden solucionar todo - Dijo ahora el chico mientras también sacaba la funda de la guitarra de la castaña y su mochila, ya que el sabía que el no estaría mucho más allí, no como su amiga.

- Más te vale que tengan las mejores manzanas o juro por lo que amo a Billie Eilish que me vuelvo a casa, en bus si es necesario, seguro que ahí funciona el aire - Afirmó la castaña mientras ahora ambos de dirigían al hotel en el que estarían durante el tiempo que duraran las pruebas para el programa.

- Creo que tu abuelo metió varias, sabiendo de tu obsesión por ellas, eso y que traemos una bolsa llena de comida, creo que nos llega para todo el mes - Contestó el rubio con un tono divertido, mientras también veía a su amiga sonreír, pues todos los que la conocían sabían de la completa adicción de la italiana por las manzanas.

Ambos se quedaron sorprendidos al llegar al interior del hotel, estaba lleno de gente de su edad y por algunas identificaciones llegaron a la conclusión que eran más concursantes, durante el tiempo que Laura se quedó observando todo a su alrededor Daniel aprovechó para pagar y recoger la llave de la habitación que ambos compartirían.

- Dios lo siento mucho - Escuchó a la vez que algo, o más bien alguien, chocaba con ella desestabilizándola un poco en el proceso.

Scusa, stai bene? (Perdón, ¿estás bien?) - Respondió la castaña sin darse cuenta de que volvía a usar el italiano como muchas veces le pasaba, al agachar la mirada se encontró con una pelirroja que la miraba confundida, dándose cuenta en ese momento de que no había hablado español.

- Perdóname a mi también, me he quedado en todo el medio, ¿estás bien? - Rectificó de forma rápida viendo como la pelirroja le dedicaba ahora una sonrisa. 

- Si, si estoy es solo que iba con prisa buscando a un amigo, pero con tanta gente no lo encuentro, ¿vas a presentarte tu también? - Contestó ahora la pelirroja, con la intención de entablar más conversación con la castaña delante suya, pues no podía negar que se le hacía guapa, además aún hablando español se le podía notar un poco de su italiano en el habla algo que le hacía ver más atractiva.

- Lau, vamos ya tengo las llaves y es hora de hacer la videollamada nocturna que le prometiste a Alex - Interrumpió el rubio la conversación, sin darse cuenta de lo que estaba ocurriendo antes de su llegada.

- Merda, me ne ero dimenticato (Mierda se me había olvidado), me va a matar - Dijo Laura acordándose de que le había prometido a su hermano una videollamada en cuanto llegará al hotel, y conociendo a su hermano sabía que no se iría a dormir hasta verla.

- Lo siento mucho por no poder hablar más pero necesito hacer algo con urgencia - Dijo ahora mirando a la pelirroja que seguía en el mismo lugar - Espero y encuentres a tu amigo y vernos en otra ocasión si se puede - No quería ser descortés a penas y habían intercambiado unas palabras pero le parecía mal dejarla allí, sin embargo ya tenía un compromiso y necesitaba hablar de nuevo con su familia aun sabiendo que no había pasado ni un día completo desde que se había ido.

El piano // Chiara Oliver y Laura GrecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora