Jessica

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Hoy había quedado con Nils, mi compañero de trabajo, habíamos quedado para arreglar unos asuntos del trabajo. 

Tenía una llamada entrante de Elia.

- ¡Pero mira quien es! -Dijo súper motivada y contenta- Anda que me llamas, aunque sea para decirme como te van las cosas

- Elia ya sabes que estos días he estado ocupada con el trabajo, no tengo tiempo para nada- murmuré cansada.

- Estás muy cansada siempre, ¿por qué no te das un descanso?- dijo en voz baja.

- Me estoy vistiendo para ir a cenar con Nils, tenemos que hablar sobre un asunto del trabajo -dije con pesadez.

- Bueno Jessi me tengo que ir, me llama mi madre, besitos!

Cuando colgó la llamada yo ya estaba preparada para salir de casa y ir hacia el restaurante donde había quedado con Nils. Cuando llegué él estaba ahí esperandome para entrar. Nils era Pelirrojo, tenía la piel muy clara, pecas, los ojos azulados y era muy alto, a comparación de mí que yo mido uno sesenta.

- Hola Jessica! -Me dió la mano y me abrió la puerta para que pasara. 

Iba vestido con unos tejanos azules claros y una camisa de botones blanca. Yo iba con una falda beige y una camisa blanca muy parecida a la suya.

- Estás muy guapa - Me dijo con una sonrisa muy agradable.

- Muchas gracias, tú también vas bien - Intenté sonar lo mejor que pude pero no se me da muy bien.

Nils no era mi prototipo en absoluto, no me parecía muy guapo pero tenía algo que le hacía adorable. 

Cuando acabó la cena Nils me obligó a dejar que pagará él, la cena estuvo muy bien, conseguimos aclarar todo lo del trabajo. 

- ¿Te llevo a casa?- Me preguntó- Tengo el coche aquí aparcado, no sería ninguna molestía. 

- Vale, así no tengo que ir caminando - Le sonreí.

Me subí a su coche, era negro de cinco plazas, estaba muy limpio. 

- ¿Quieres que ponga algo de música? - Me sugirió- Puedes ponerla tu si quieres.

Puse la radio, no quise tocar mucho asi que puse la primera que pude. El camino fue silencioso, no era un silencio incomodo, me dediqué a mirar por la ventana.

- Bueno, pues ya hemos llegado, ya nos veremos en el trabajo, adiós Jessica- Me miró y sonrió.

- Gracias por invitarme a cenar, me lo he pasado muy bien, adiós. 

Y dicho eso salí del coche de inmediato, quería sentarme en mi sofá en cuanto antes.



LO QUE NO LLEGAMOS A SERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora