Ian

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Veía todo borroso, el alcohol y todo lo que me había metido estaba empeorando, me dolían los puños y cuando me había dado cuenta estaba la chica del bar a mi lado, tenía el rimel corrido, lloraba mucho pero era guapísima, pelo castaño y largo, ojos verdosos, tenía pecas, llevaba un top apretado y una falda corta, su cuerpo era perfecto.

- ¿Estás bien? -Pregunté preocupado- Dime que no te han hecho nada

La levanté del suelo como pude, el efecto de lo que había consumido me complicaba todo, la chica no reaccionaba, estaba inconsciente, la cogí y me la subí al hombro como pude, intenté que no se le viera nada.

Me tentaba mucho poner la mano en el culo, no lo voy a negar.

No sabía muy bien a donde ir, estábamos al lado de mi casa así que no quedaba otra, esperaría hasta que se levante y la llevaría a su casa. Era muy guapa y su cuerpo tambíen era...

Basta, tienes a una chica inconsciente en frente y estás fijandote en su cuerpo.

Intente hacer que se despertara pero no sabía como, lo primero que se me ocurrió fue meterla en la bañera y echarle agua en la cara, me daba pena porque estaba preciosa pero tenia que despertarse como sea.

Los efectos de la droga cada vez iban a peor, estaba muy cansado y la cabeza me daba vueltas, hace ya tiempo que dejé a Lena y no he vuelto a hablar con ella pero he estado con el alcohol y las drogas desde entonces.

Me subí al hombro a la chica como pude y la llevé a la bañera, encendí el agua e hice solo le diera en la cara, para mi sorpresa la chica despertó tuve que echarle un poco más de agua para que despertara del todo, parecía desubicada pero no se movía.

LO QUE NO LLEGAMOS A SERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora