Rumbo a España

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Sábado, no me apetecía hacer mucho tenía una llamada perdida de mi padre, decidí llamarle para hablar un rato con alguien.

- Hola cariño, que tal te va por ahí? Por qué no vuelves y te pasas a vernos? -Murmuró con tristeza- Llevas mucho tiempo  por Grecía, una discusión no tiene que afectarte tanto cariño...

- Si ella quisiera que yo estuviera ahí me habría llamado, ya no le importo, solo le importa su hijo y ya está, con él ya teneís suficiente- Murmuré cansada.

Estaba cansada de que mi padre solo me llamara para volver a casa, hace un año, cuando tenía diecinueve, me fuí de casa por mi madre, era insoportable estar ahí, solo valoraba a mi hermano pequeño, en cambio a mi hermana y a mi nos hacía creer que no servíamos para nada y entre otras cosas. Desde entonces no he vuelto a hablar con mi hermano ni con mi madre, con mi hermana Nina si que hablamos a menudo, ella se fué a vivir con su novia, mi madre nunca aprobó que le gustaran las chicas pero mi padre siempre estuvo ahí para apoyarla.

- Jessica podrías pasarte esta semana, tu madre llega muy tarde a casa, apenas la verías- Me sugirió con pena- y quizás quiera hablar contigo, además tengo ganas de verte.

Y ahí me encontraba yo, llamando para pedir un tiempo de vacaciones adelantado del trabajo, me dejaron una semana.

Ya estaba rumbo a España con una maleta grande a mi lado buscando el avión para coger. En el avión estuve escuchando música hasta que pasaron tres horas y poco más, el viaje se me hizo un poco largo. Mis padres viven en Bilbao, cuando bajé del avión mi padre estaba esperandome con el coche.

- ¡Cariño! Tienes que contarme todo, dame tu maleta y nos vamos.

Me monté en el coche y nos fuimos directos a casa, era tarde, no había comido nada y estaba muerta de hambre.

- Has conocido a algún chico? -Murmuró.

Lo cierto es que yo no sabía hablar mucho el Griego pero lo entendía muy bien ya que en el instituto daba clases de Griego.

- No, he estado enfocada en el trabajo y no he tenido tiempo para nada.

- Hija podrías intentar arreglarlo con tu madre -Me miró y suspiró con tristeza.

- Ella no ha intentado arreglar nada conmigo, ¿porque tendría que hacerlo yo si no tengo la culpa? -Lo miré.

Mi padre tiene el pelo castaño, los ojos verdosos, tiene barba y utiliza gafas, no és muy alto. Mi madre és más baja que yo, tiene el pelo rubio, ojos castaños, la cara delgada y con pecas.

- Además, si tanto le importaran sus dos hijas no nos habría tratado como lo hacía -No me contestó, conducía y miraba al frente.

- Cariño tu madre hoy ha llegado a casa más pronto -Me miró preocupado.

- ¡Me habías dicho que no estaría en casa! ¿que necesidad tienes de mentirme? -Abrió mucho los ojos.

- No sabía que llegaría tan pronto, no le hables si no quieres.

Ya no le contesté, estaba muy cansada y me dediqué a mirar por la ventanilla. Pasó bastante rato hasta que nos adentramos a unas calles con casas de colores. La casa de mis padres es de color rosa pálido. Nos adentramos al garaje de la casa y estacionó en una plaza. Nos bajamos del coche y fuimos hacía la entrada y cuando mi padre iba a abrir con la llave mi madre abrió la puerta de golpe.

Mierda, lo que me faltaba.



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