Ian

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- ¿Que hago, lo cojo o no? -Les pregunté a Nelly y Elyan un poco desesperado.

- No le respondas durante un tiempo, que se arrepienta de lo que ha hecho -Me dijo Nelly intentando calmarme -Silencia el móvil para que no te suene.

- Si quieres tienes la habitación de invitados para que te quedes a dormir, que ya es tarde.

- Gracias tío, me quedaré esta noche y mañana intentaré hablar con Lena.

La habitación de invitados era acogedora y simple, era pequeñita pero tenía lo necesario, un armario, la cama y su mesita con cajones y con una lámpara encima. Me tumbé en la cama y cogí el móvil, tenía seis llamadas perdidas de Lena, a veces podía ser tan pesada que me acababa cansando. 

Ya me había ido varias veces de casa pero ella nunca sabe donde voy, tampoco creo que piense que voy a casa de Elyan... 

Dejé el móvil en la mesita y me tapé con la sábana de la cama, estuve un rato intentando dormirme.

Me desperté un poco desubicado, era sábado, miré la hora y eran las nueve y media de la mañana. No tenía ganas de nada, trece llamadas de Lena, decidí llamarla después de desayunar.

- ¡Ian! ¿Quien te crees que eres para irte de casa y dejarme sola? -Escuchar a Lena chillarme a las diez de la mañana era insoportable -¿Donde estás? ¡Vuelve a casa ahora mismo!

- Mira Lena, me he cansado ya de esto, me gustaría haber acabado de otra manera pero ya veo que es lo de siempre, cuando aprendas a controlar tu toxicidad conseguirás tener una pareja estable -Suspiré, estaba cansado y triste- pero yo no voy a ser quien esté ahí para cuando hayas dejado de ser una celosa compulsiva. Hasta aquí ha llegado todo, no me llames más.

Y ahí la dejé, colgué la llamada y me fuí hacía el apartamento, a estas horas ella estará por ahí como siempre hace. 

Cuando llegué al apartamento deseé que no estuviera y para mi sorpresa no estaba, cogí la maleta y me llevé todo lo que pude pero justo cuando iba a salir del apartamento estaba ahí, Lena estaba llorando y al abrir la puerta me vió, ahí estaba ella, llorando con el rimel corrido.

LO QUE NO LLEGAMOS A SERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora