Miedos

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Me giré para ver si Ian estaba tumbado a mi lado pero no estaba, me levanté y fui al baño, no conocía la casa así que tuve que abrir varias puertas hasta que di con el baño. Estaba Ian haciendo algo para desayunar.

- ¿Que haces? -Pregunté con una sonrisa.

- Huevos con bacon, ¿te gusta? 

Asentí con la cabeza. No sé que sentiria Ian por mi pero yo no lo tengo claro.

- Ian, ¿te puedo preguntar una cosa? -Le pregunté en tono bajo.

- ¿Sí, todo bien Jess? -Me miró un poco preocupado.

- ¿Tu te has enamorado alguna vez?

- Sí, estuve tres años con una chica se llamaba Lena, cuando llevabamos un año y medio me puso los cuernos, yo no creía a la gente que me lo decía, perdí un amigo por culpa de eso. Después de todo perdoné a Lena y todo iba más o menos bien hasta que empezó a ser celosa, sus celos llegaban a ser muy por encima y hace unos meses la dejé.

- Joder, a mi me da miedo enamorarme, ya lo hice una vez y acabé muy rota a día de hoy ya lo he aceptado pero aún me pone triste y duele todavía más cuando sé que yo no lo haría, le dejé de hablar pero no de querer, ahora ya no lo quiero, lo detesto pero después de los momentos bonitos que viví con él era complicado no quererlo.

- ¿Puedo preguntar que pasó? 

- Él era mi novio siempre fue lo mejor de mi vida hasta que se metió en las drogas y con el alcohol, desde ahí me pegaba, me insultaba, me obligaba a hacer cosas que no quería y entre otras cosas. Yo estaba tan enamorada que me era complicado dejarlo, hasta que un día intentó lanzarme una botella de cerveza a la cabeza y ya se acabó, me escabullí de allí como pude y me fui a casa de mis padres, mi padre me recibió pero en cambio mi madre no me quería en casa, me decía que lo tenía merecido y que había hecho muy mal en dejarlo, yo lloraba mucho y comencé a ahorrar para comprarme un piso, y ahora vivo en un piso que está en Grecia y bueno, desde ahí tengo miedo a las personas drogadas y a enamorarme...

- ¡¿En Grecia?! - Se sorprendió- Y por lo de tu ex... Joder, si que eres fuerte, yo no sé como habría afrontado la situación, lo siento por ti.

- Ya, a veces me pregunto como he podido soportar tanto.


LO QUE NO LLEGAMOS A SERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora