Las estrellas dicen que los fugaces somos nosotros.

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Había llegado a casa, no me esperaba tenerme que despedir de ella tan pronto, no paraba de pensar en sus besos. Me estaba dando cuenta que estar con ella se estaba convirtiendo en mi lugar seguro, ella era mi lugar seguro...

¿Llamada entrante de Jess?

- ¿Ian? -Murmuró, estaba llorando, le costaba coger aire -Te necesito.

Le costo decirlo ya que no paraba de llorar. No entendía lo que pasaba pero no era nada bueno.

- Jess calmate, lo primero es eso -Murmuré- Y dime lo que ha pasado.

- Ian me quitan el piso -Logró decir.

Me quedé callado, no sabía que decir, obviamente en la calle no se va a quedar, está mi casa y la de sus padres...

- Jess tranquilizate, no te vas a quedar en la calle si es lo que piensas.

- No es eso, pero no me esperaba esto y encima acabo de irme y ya voy a tener que volver. -Estaba agotada- Estoy cansada de coger aviones Ian.

- Pero este podría ser el último, igualmente tienes que hablar con el banco y eso. 

Quería que Jess viniera a España otra vez, la necesitaba conmigo. Necesitaba verla sonreír otra vez y perderme en sus ojos. 

Guardo su sonrisa en lo más profundo de mis ojos.

- Te echo de menos -Murmuró.

- Yo también Jess -Dije cansado - Sabes, oí una vez que las estrellas dicen que los fugaces somos nosotros.

- Pues todos somos fugaces y hay personas que por sus actitudes te van dejando de importar...

- Que profundo -Murmuré.

- Esa frase de las estrellas me ha gustado, me la guardo -Se rió.

- ¿Y a mí me guardas en el corazón? -Me preguntó riendo todavía más.

- Te guardo a ti entera y si no cabes me hago más grande. -Me reí 

- ¿Y por qué me escoges a mí si tienes a un montón de chicas que querrían estar contigo? -Me preguntó

- Porque no me importan las demás, mis ojos eligieron los tuyos y no necesito ningunos ojos más. 

Te estás poniendo muy cursi, corta ya.

- Que bonito eso que me has dicho, se nota que sale de tu corazón.

Me reí, me gustaba pasar tiempo con ella.

No te gusta, te encanta ella.

Pues sí.

LO QUE NO LLEGAMOS A SERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora