CAPÍTULO 36

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 "- ¡Detente! –

- ¡Eres mía, fantasmita! –" 


...



"Bienvenida a casa, fantasmita"

"A casa" aquellas palabras habían sonado dulces, tranquilizadoras en la oscuridad.
"Bienvenida a casa" se repetía.
"Bienvenida a casa" se alejaban.
"Bienvenida" se iban.

Se estaban apagando, se estaban alejando en suaves ecos que vibraban cada vez más débiles
"Bienvenida" ... "Fantasmita" ... y de nuevo el silencio.

Un silencio que estremecía, que helaba. Un silencio que no indicaba ausencia, sino mas bien una presencia acechante e invisible que oprimía mi pecho y me inquietaba cada vez más.

Recordaba estar volando, recordaba surcar las nubes mientras ardientes gotas discurrían de mis ojos quemando mi piel, mientras el aire pasaba veloz en mi contra, como si quisiera devolverme a aquel lugar al que ya no pertenecía.

Mi vista se tornaba nublosa y de un color escarlata, mi pecho se arremolinaba como una tormenta de emociones desbocabas que giraban chocando entre si. Y pronto las llamas escarlatas cubrieron todo mi ser, impulsándome, dejando una estela de fuego por el aire, ardiendo cada vez más, hasta que...

Había visto aquel resplandor, había aparecido tan de repente como una visión que se alza en medio del cielo, se había materializado en medio de la nada, como un enorme animal que abre sus fauces para engullir a su distraída presa. Un enorme remolino que brillaba de un modo cegador, que engullía, que esperaba allí y de repente... ya no había vuelta atrás.

­"Bienvenida a casa, fantasmita".

Oscuridad, silencio y vacío.

- Pero, cariño ¿estás seguro que esta es la mejor solución? –

- Es la única solución –

- Pero... -

- No me discutas –

- Es apenas un niño...-

Las voces llegaban, iban y venían, definiéndose lentamente de un modo envolvente, tardo, distante

- Es momento que deje de serlo –

- Pero, cariño... -

- ¡Basta! –

"¡Basta!" "¡Basta!" Mis labios se movieron en la oscuridad "Basta" repetí.

Flotaba, lenta, perezosamente en medio del vacío, de la enormidad

- Lo harás, porque yo lo digo -

- Pero, padre... -

- ¡silencio! –

Fruncí el ceño y apreté los parpados, abriendo mis ojos lentamente

- Sí. Por supuesto, padre –

Me moví el medio de la oscuridad, pequeños puntos de luz se dibujaban borrosos a lo lejos, parecían danzar al ritmo de aquellas palabras, tomaban formas y se desdibujaban rápidamente como si estuviesen hechos de humo.

Comencé a sentir mi cuerpo, estaba débil, pero era consciente de cada parte de mí, moví la cabeza lentamente mientras más imágenes llegaban formándose como escenas de humo ante mí

The Ghost   [ Re subiendo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora