CAPÍTULO 11

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"Había en los mismos ojos, dos sentimientos tan opuestos, como dos naturalezas dentro de mí

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"Había en los mismos ojos, dos sentimientos tan opuestos, como dos naturalezas dentro de mí. ¿Cómo era posible? ¿Cómo una persona podía sentir agrado y odio por el mismo ser?"
...

El fantasma volaba tras de mí, era más rápido que yo y pronto me rebasó. No estaba siguiéndome iba tras algo más, una figura al frente, un chico, Daniel.

Aumenté la velocidad para llegar a él antes que el fantasma, pero los anillos de luz salieron de mi cuerpo des transformándome y haciéndome caer en picada.

El fantasma llegó hasta el chico de cabellos oscuros, mientras yo trataba de levantarme. Sonrió, lo envolvió por completo y abriendo su enorme boca, engulló al chico en un segundo.

- ¡Daniel! – exclamé mientras el fantasma se dirigía hacia mí - ¡Daniel! –

Desperté de golpe, con mi cabello pegado a mi frente. Estaba oscuro, sentía un enorme frio estremecerme y pensé que tal vez me enfermaría. Caminé hacia la habitación de mi padre y lo hallé dormido, miré el reloj junto a él, eran las 3 A.M.

Bajé por las escalas mientras mis pies descalzos sonaban contra la madera del suelo, me adentré en la cocina y tomé un vaso con agua.

Fijé la vista en el suelo, junto a mis pies pasaba una pequeña araña, solté un grito en respuesta y sin pensarlo disparé hacia ella, la seguí por donde corría disparando por todo el suelo de la cocina, hasta que quedo cubierto de una especie de capa de hielo.

Miré mis manos y vi como un halo de luz azul las cubría, miré de nuevo el suelo y comprobé que era hielo lo que cubría. Apunté hacia una de las paredes, disparè y un rayo de color azul salió en respuesta. Al impactar congeló la superficie de la pared de inmediato.

Mi padre apareció de pronto en la cocina

- ¡Anais! – gritó

- ¡papá espera! –

Papá se deslizò sobre el hielo y cayó de espaldas soltando un leve quejido al aterrizar

- ¡ay no, ¿papá, estas bien?! – dije, deslizándome por el hielo hacia él

- ¿Ahora qué fue lo que hiciste, hija? – preguntó aun acostado en el suelo

Papá tenía el cabello suelto, por lo que algunos mechones ondulados cubrían su rostro y hacían juego con su barba

- Yo... - pensé - había una araña y traté de ...y entonces ella... y de repente estaba disparando hielo – respondí confundida

- ¡Y cubriste el suelo de la cocina de hielo, por atrapar a una araña! – expuso mi padre mirándome, aun acostado en el suelo

Sonreí a modo de disculpa mientras lo ayudaba a levantarse, nos deslizamos un poco, pero al final pudimos ponernos de pie

- Te lo dije hija, tus poderes se manifiestan conforme los uses – dijo, sosteniéndose del marco de la pared – ahora vamos a dormir, mañana deberás quitar todo este hielo – sentenció – no es cualquier material y no se derretirá fácilmente -

The Ghost   [ Re subiendo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora